Mujer creyó que el estrés le causaba un tic en el ojo, pero resulto ser un tumor

CIUDAD DE MÉXICO.- Jade Marie Clark, residente de Glasgow, Escocia, vivía una vida tranquila hasta que en 2020, durante la pandemia, comenzó a sentir un persistente dolor en el oído. En aquel momento, Jade estaba embarazada de su primer hijo y atribuyó el malestar a una posible infección. Aunque el dolor continuó durante todo el embarazo, la afección pareció desaparecer tras el nacimiento de su bebé, y ella decidió ignorarla.

Sin embargo, en 2023, mientras esperaba a su segundo hijo, Jade comenzó a experimentar síntomas preocupantes: dolores de cabeza intensos, un ojo tembloroso y, más tarde, entumecimiento en la comisura de los labios.

Inicialmente, atribuyó estas señales a la combinación de estrés académico y los cambios hormonales del embarazo, ya que estaba estudiando para convertirse en maestra jardinera.

Fue en mayo de 2023 cuando los síntomas empeoraron y decidió buscar ayuda médica.

De acuerdo a lo reportado por el medio La Nación, una resonancia magnética reveló un diagnóstico inesperado: un tumor cerebral conocido como neurinoma acústico, que había crecido lentamente durante cinco años y se expandió rápidamente en los últimos meses.

Mi ojo comenzó a temblar durante largos períodos de tiempo y pensé que se debía al estrés de la universidad”, explicó. “Actualmente, no me cierra el ojo derecho y no puedo sonreír. Y como no me salen lágrimas, me duele mucho porque está muy seco”, detalló.

La parálisis afectó profundamente su confianza y la sumió en una etapa de aislamiento.

“Pensé que mi cara comenzaría a moverse por sí sola con el correr de los meses, pero no pasó nada y fue entonces cuando las dudas empezaron a aparecer. Además de estar ansiosa por ver algún cambio, me deprimí mucho por mi apariencia”, dijo.

Debido a su segundo embarazo, Jade tuvo que esperar seis meses para someterse a una cirugía. Después del nacimiento de su hijo Rory, los médicos lograron extirpar el tumor de 3,1 centímetros. Sin embargo, el procedimiento dejó secuelas: una parálisis facial en el lado derecho de su rostro, resultado del daño a los nervios faciales.

“En mi cabeza pensé que la gente se reiría de mí. No quería salir de mi casa y no quería que nadie me viera. Estaba muy triste”, compartió Jade a sus seguidores.

A pesar de los desafíos, Jade ha encontrado fuerza en compartir su historia en redes sociales para concienciar sobre los síntomas de los tumores cerebrales. Recordó cómo al inicio minimizó el temblor de su ojo como estrés. Ahora, alienta a otros a no ignorar señales similares.

En marzo de 2025, Jade se someterá a una cirugía que podría devolverle el movimiento facial. El procedimiento consiste en transferir nervios de otras partes de su cuerpo. Aunque los resultados podrían tardar hasta 18 meses, los médicos le han dado un 80% de probabilidades de éxito.

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