Cadena perpetua para madre que dejó morir de hambre a su hija por ”parecerse a su padre’”
En su declaración final, la madre simplemente expresó: “Quiero disculparme con mis hijos, eso es todo”.
FRANCIA.- Sandrine Pissarra, de 54 años, fue condenada a cadena perpetua por la tortura y muerte de su hija Amandine, de 13 años, ocurrida en agosto de 2020.
El fallo, emitido el viernes 24 de enero por un tribunal francés, establece un mínimo de 20 años antes de poder optar a libertad condicional, según informaron medios como Metro, France 24 y Le Monde reseñado por People.
Una muerte marcada por el abuso extremo
Amandine pesaba apenas 28 kg y medía cinco pies con una pulgada al momento de su muerte.
Su cuerpo mostraba señales alarmantes de abuso: heridas infectadas, pérdida de dientes, cabello arrancado y signos de desnutrición severa.
Según un informe médico, la adolescente falleció tras semanas de encierro en un almacén y privación extrema de alimentos, lo que resultó en pérdida masiva de masa muscular y septicemia.
El trágico desenlace ocurrió en el pueblo de Montblanc, cerca de Montpellier, al suroeste de Francia.
El día de su muerte, Pissarra declaró que su hija tenía trastornos alimenticios y que apenas había ingerido un terrón de azúcar, algo de puré de frutas y una bebida proteica antes de vomitar y dejar de respirar.
“Una madre monstruosa”
Durante el juicio, Pissarra admitió haber abusado de Amandine porque “se parecía a su padre”, calificándose a sí misma como “una madre monstruosa”.
Testimonios y pruebas presentadas al tribunal revelaron que el abuso hacia Amandine se prolongó durante una década, con agresiones que incluían golpes, tirones de cabello, insultos y encierros prolongados bajo vigilancia por cámaras.
Los investigadores afirmaron que “no había ninguna duda” de que los actos de tortura fueron cometidos con el propósito deliberado de infligir sufrimiento y humillación a la adolescente. Amandine también fue sometida a castigos escritos y privaciones extremas de alimentos.
La complicidad de una figura paterna
Jean-Michel Cros, ex pareja de Pissarra y quien compartía la custodia de Amandine, fue sentenciado a 20 años de prisión sin posibilidad de libertad condicional.
Aunque su participación no alcanzó la brutalidad directa de Pissarra, el tribunal lo consideró responsable del sufrimiento prolongado de la menor bajo su cuidado compartido.
Una evaluación psiquiátrica de Pissarra concluyó que trasladó su resentimiento y odio hacia el padre de Amandine directamente a su hija.
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Este comportamiento violento y lleno de ira culminó en una tragedia que dejó una huella indeleble en la comunidad y en los otros siete hijos de Pissarra.
En su declaración final, la madre simplemente expresó: “Quiero disculparme con mis hijos, eso es todo”.
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