Así es la primera maestría en industria del vino

La industria vitivinícola mexicana, empleadora de aproximadamente 500 mil personas y generadora de 2 mil millones de pesos en impuestos anuales, enfrenta un momento crucial.

Aunque ha mostrado un crecimiento sostenido en la última década, desafíos como la competencia de vinos importados subsidiados y el bajo consumo per cápita limitan su desarrollo pleno.

El consumo de vino en México: una oportunidad transformadora

Actualmente, el consumo per cápita en el país es de apenas 1.2 litros al año, una cifra muy baja en comparación con países productores como Francia o España. Según la Dra. Diana Celaya Tentori, directora del Centro de Estudios Vitivinícolas (CEVIT) de CETYS Universidad, incrementar este consumo a 5 litros anuales tendría un impacto significativo:

• Duplicaría la superficie de viñedos en el país.
• Aumentaría los empleos en el campo, especialmente en labores técnicas.
• Fortalecería la economía nacional al impulsar una cadena de valor más robusta.

La formación profesional: un pilar para el crecimiento

Para enfrentar estos retos, CETYS Universidad ha lanzado una maestría en vitivinicultura y negocios del vino, con un enfoque integral que abarca desde el cultivo hasta la comercialización. A diferencia de programas centrados en sommeliería o ventas, esta maestría busca formar profesionales capaces de comprender y comunicar todo el proceso productivo y comercial.

El programa tiene un modelo virtual-flex, combinado con prácticas presenciales en Baja California, una de las regiones vitivinícolas más importantes del país. Esto lo hace accesible para profesionales de diversas áreas, como mercadotecnia y relaciones públicas, interesados en incorporarse al sector.

Competencia desleal y percepción de precios elevados

Un obstáculo clave es la competencia desleal de vinos importados, particularmente de países que subsidian su producción. Esto permite que muchos vinos lleguen al mercado mexicano a precios más bajos que sus costos reales, afectando la competitividad de los productores nacionales.

A esto se suma el alto costo de producción en México, derivado de la escala limitada y otros factores estructurales, lo que genera la percepción de que los vinos mexicanos son caros. Sin embargo, la Dra. Celaya enfatiza que un aumento en el consumo nacional podría equilibrar los precios y mejorar la competitividad.

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Potencial nacional e internacional

México tiene una identidad única en el mundo del vino, comparable a cómo Hungría se posiciona con los vinos Tokay. Los productores mexicanos deben aprovechar las características únicas de sus terruños para destacar en los mercados globales.

La clave está en crear estrategias integrales que incluyan:

• Campañas para incrementar el consumo nacional.
• Políticas públicas que protejan a los productores locales frente a la competencia desleal.
• Fomento de la exportación, destacando la calidad y autenticidad del vino mexicano.