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Una colilla de cigarro ayuda a resolver un crimen 30 años después

Mary McLaughlin, de 58 años, fue vista con vida por última vez el 26 de septiembre de 1984, tras pasar la noche en un pub. Su cuerpo fue hallado seis días después en su apartamento, con signos de haber sido brutalmente asesinado.

Glasgow, Escocia.– Un caso de asesinato sin resolver durante más de tres décadas finalmente encontró justicia gracias a los avances en la tecnología forense. La clave fue una colilla de cigarrillo encontrada en la escena del crimen en 1984, que permitió identificar a Graham McGill como el asesino de Mary McLaughlin, una madre de 11 hijos que fue estrangulada en su apartamento en Glasgow.

Un caso sin resolver por más de tres décadas

Mary McLaughlin, de 58 años, fue vista con vida por última vez el 26 de septiembre de 1984, tras pasar la noche en un pub. Su cuerpo fue hallado seis días después en su apartamento, con signos de haber sido brutalmente asesinado. A pesar de la recolección de múltiples evidencias, la investigación inicial no logró identificar al culpable y el caso quedó archivado.

La clave del ADN y un giro inesperado

En 2014, una nueva revisión del caso utilizó tecnología avanzada para analizar muestras antiguas. Una colilla de cigarrillo que no coincidía con la marca que fumaba la víctima proporcionó un perfil de ADN masculino. El análisis reveló una coincidencia con McGill, un delincuente sexual con antecedentes de violación.

Sin embargo, los investigadores se enfrentaron a un obstáculo: los registros mostraron que McGill estaba en prisión en la fecha del crimen. La clave para resolver el misterio surgió cuando se encontró un antiguo libro de registros en los Archivos Nacionales de Escocia, donde se confirmó que el asesino había estado en libertad condicional en el momento del asesinato.

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La evidencia final y la condena

Los científicos forenses lograron extraer ADN de McGill del cordón de la bata con la que Mary fue estrangulada, así como en su vestido. Con esta prueba, las autoridades procedieron a su arresto en 2019.

En abril de 2021, tras un juicio de cuatro días, Graham McGill fue declarado culpable y condenado a un mínimo de 14 años de prisión. El juez Lord Burns destacó que la familia de Mary había esperado más de 30 años para obtener justicia y finalmente conocer la verdad sobre su asesinato.

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