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Archivo de caso Kennedy ventila nexos entre México y la CIA por espionaje; estos mexicanos son mencionados

Sin esperarlo, la desclasificación de los documentos revelarían vínculos con políticos de México.

Archivo de caso Kennedy ventila nexos entre México y la CIA por espionaje; estos mexicanos son mencionados

CIUDAD DE MÉXICO.- — El archivo secreto del gobierno sobre el caso John F. Kennedy, presidente número 35 de los Estados Unidos asesinado en 1963 de un disparo mientras recorría las calles de Dallas, será desclasificado por órdenes del mandatario Donald Trump en busca de presuntos complots de la CIA, sin embargo al parecer también reluce el nombre de México en los documentos.

Los archivos del caso Kennedy revelarían conexiones de la CIA y el gobierno mexicano, que podría solicitar rápidamente la divulgación de los documentos en caso de llamar públicamente a Wahington para revelar los detalles de esta colaboración en los años 60, coinciden un juez y dos expertos de EU por los archivos de la CIA entrevistados por La Jornada.

“Esto también es parte de la historia de México”, indica Jefferson Morley, ex periodista de Washington Post, que ha investigado el asesinato de Kennedy por 30 años.

¿Qué mexicanos salen en los documentos del caso Kennedy?

Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, ex presidentes de México, aparecen en el texto y son señalados de espiar a figuras de la oposición política mexicana, asi como refugiados políticos de otros países, como estadounidenses y guatemaltecos, o diplomáticos cubanos y soviéticos en México.

Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México, se dijo orgulloso de los hechos en Tlatelolco el 2 de octubre.

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La reciente decisión de Donald Trump de hacer públicos todos los archivos gubernamentales sobre el asesinato de John F. Kennedy en 1963 ha despertado un renovado interés en la conexión entre la CIA y el gobierno mexicano de aquella época.

Aunque es poco probable que estos documentos confirmen definitivamente un complot de la agencia de inteligencia, podrían arrojar luz sobre la estrecha cooperación entre la CIA y los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.

CIA. China. Estados Unidos

Uno de los puntos clave de esta historia es la visita de Lee Harvey Oswald a la Ciudad de México seis semanas antes del magnicidio.

Durante su estancia, Oswald fue monitoreado por la CIA en colaboración con la Dirección Federal de Seguridad mexicana.

La CIA, trabajando con López Mateos y el jefe de la Dirección Federal de Seguridad, Rodolfo Echeverría, siguieron a Oswald, lo fotografiaron y grabaron sus conversaciones con funcionarios de las embajadas de Cuba y la Unión Soviética en México”, explica el periodista de investigación Jefferson Morley, quien ha dedicado más de 30 años al estudio del caso.

Este hecho ha alimentado la teoría de que la agencia pudo haber estado involucrada en el asesinato de Kennedy, ya sea por acción directa o por negligencia.

CIA y su resistencia de desclasificar archivos

La resistencia de la CIA a desclasificar estos archivos no es nueva. En los años 90, el juez John R. Tunheim encabezó la Junta de Evaluación sobre Asesinatos, creada por el Congreso de EU para impulsar la divulgación de documentos sobre el caso.

El carácter de esa cooperación y los detalles de esa cooperación eran considerados sensibles en los 90. No veo ninguna razón por esa sensibilidad hoy”, afirmó el juez.

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Morley también señala que México ha avanzado en la desclasificación de documentos, especialmente en lo relacionado con la “guerra sucia” de los años 70. Por ello, plantea la posibilidad de que el gobierno mexicano impulse la apertura de estos archivos.

¿Y si la presidenta Claudia Sheinbaum dijera queremos saber de esto; esta es nuestra historia también. Por favor, podrían desclasificarlo?”, cuestiona el investigador.

Entre la información ya divulgada, se sabe que el centro de intervención telefónica operado por la CIA estaba dentro de un edificio del gobierno mexicano.

Los mexicanos brindaron la infraestructura, el personal y la gente que estaba escuchando las comunicaciones (la CIA también tenía a su propia gente escuchando), pero había una sala grande de mexicanos transcribiendo las grabaciones, así de cercana era la relación”, explica Morley.

El prolongado hermetismo del gobierno estadounidense ha alimentado teorías de conspiración y generado diversas investigaciones oficiales. En 1992, la película JFK de Oliver Stone presionó al Congreso para aprobar una ley que llevó a la desclasificación de casi un millón de documentos.

Sin embargo, la CIA ha mantenido en secreto más de 3 mil archivos o los ha publicado con amplias censuras, frustrando los intentos de conocer toda la verdad.

¿Por qué Donald Trump liberó el archivos del caso Kennedy?

La decisión de Trump de liberar estos archivos también responde a presiones políticas. Robert Kennedy Jr., aliado del expresidente y nominado para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos, ha insistido en la desclasificación.

A su vez, el presentador conservador Tucker Carlson ha promovido la idea de que los documentos podrían probar la participación de la CIA en el asesinato de Kennedy.

ARCHIVO - La foto de archivo del 30 de noviembre de 2006 muestra el retrato del expresidente John F. Kennedy, enmarcado por decoraciones navideñas, en la Casa Blanca en Washington. Exhiben una carta del presidente John F. Kennedy a una niña temerosa por la seguridad de Santa Claus. La Biblioteca y Museo JFK en Boston exhibe la carta y otros artefactos con tema navideño en su vestíbulo (AP Foto/Ron Edmonds, File)

Al respecto, Morley es claro: “Lo que hemos aprendido en los últimos 10 años es que la historia oficial no es la verdad. No tiene sentido ante la totalidad de las pruebas”. Y agrega:

¿Qué sucedió? Creo que el peso de la evidencia es que el presidente fue asesinado por enemigos dentro de su propio gobierno que tenían la capacidad para hacer que pareciera otra cosa, de trasladar la culpa sobre alguien más. Esa es una técnica clásica de la inteligencia. Yo no tengo una teoría, veamos los archivos”.

Fulton Armstrong, exagente de la CIA y la Casa Blanca, advierte que los documentos desclasificados deben analizarse con cautela.

Al leer algunos de los documentos hoy día es difícil evaluar qué tanto de estos informes son resultado de un agente buscando complacer a sus jefes y qué tanto es preciso”.

Además, subraya que “sólo porque algo está en un documento secreto oficial no necesariamente es verídico, sobre todo lo producido por una agencia que no siempre da prioridad máxima a la verdad cuando una mentira puede servirle mejor a sus intereses”.

A medida que estos archivos sean liberados, quedará por ver si revelan nueva información o si, como ha sucedido en el pasado, solo generarán más preguntas que respuestas.

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