¿Qué tipo de líderes elegimos? La encrucijada del liderazgo en la política
Pese a los ideales de liderazgo humanista, figuras como Donald Trump, Giorgia Meloni o Javier Milei han triunfado con discursos divisivos y estrategias autoritarias.
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En un mundo donde se ensalza el liderazgo basado en la ética, el servicio y el humanismo, resulta paradójico que en el ámbito político figuras autoritarias y polarizantes ganen popularidad.
Mientras que en las organizaciones y la academia se promueven modelos colaborativos y transformadores, las urnas premian con frecuencia a líderes que parecen alejarse de estos principios.
Modelos de liderazgo humanista y ético
El liderazgo moderno ha evolucionado para priorizar valores como la colaboración, la transparencia y el bienestar común. Entre los modelos más destacados se encuentran:
- Liderazgo de servicio: Propuesto por Robert K. Greenleaf, este modelo enfatiza que el líder debe servir a los demás, empoderando a su equipo en lugar de buscar el control o el poder.
- Liderazgo ético: Basado en principios de justicia, integridad y transparencia, promovidos por pensadores como James MacGregor Burns.
- Liderazgo humanista: Inspirado en la psicología de Carl Rogers y Abraham Maslow, busca fomentar relaciones auténticas y respetar la dignidad de cada persona.
Estos enfoques han demostrado ser efectivos en empresas y comunidades que buscan innovación y sostenibilidad. No obstante, en la política, el panorama es distinto.
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El ascenso de líderes polarizantes
Pese a los ideales de liderazgo humanista, figuras como Donald Trump, Giorgia Meloni o Javier Milei han triunfado con discursos divisivos y estrategias autoritarias. Esto responde a diversos factores:
- Crisis de confianza y búsqueda de certezas: En tiempos de incertidumbre económica y social, los ciudadanos buscan figuras que proyecten seguridad, incluso si ello implica aceptar políticas menos democráticas.
- Apelación al miedo y la indignación: Estos líderes capitalizan las emociones colectivas, ofreciendo soluciones simples a problemas complejos y señalando enemigos externos.
- El papel de las redes sociales: La viralidad de mensajes polarizantes en plataformas digitales favorece a los líderes que dominan la narrativa con discursos emocionales y confrontativos.
- Percepción de liderazgo fuerte: En momentos críticos, se tiende a valorar más la firmeza y la autoridad que la empatía y el consenso.
¿Qué tipo de liderazgo necesitamos?
La historia muestra que el liderazgo efectivo depende del contexto. Winston Churchill fue el líder adecuado en tiempos de guerra, pero tras la Segunda Guerra Mundial, su estilo dio paso a un gobierno más colaborativo. Por otro lado, figuras como Nelson Mandela o Angela Merkel demostraron que se puede gobernar desde la empatía y la responsabilidad social sin recurrir a la polarización.
El liderazgo no debe ser solo un fenómeno individual, sino un proceso colectivo. La elección de líderes refleja los valores de una sociedad. En tiempos de incertidumbre, es crucial cuestionar si se prioriza el crecimiento y la colaboración o si se cede el poder a discursos que dividen.
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