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Cuba enfrenta cuarto apagón nacional en seis meses; sistema energético se encuentra afectado

Cuba enfrenta una crisis energética con apagones y un sistema eléctrico colapsado. La falta de inversión en infraestructura y el agotamiento de las centrales termoeléctricas agravan la situación.

La Habana, Cuba.- El sistema eléctrico nacional de Cuba (SEN) sufrió un colapso este viernes 14 de marzo. Se trata del cuarto apagón de este tipo en los últimos seis meses.

El Ministerio de Energía y Minas (Minem) de la isla confirmó que la desconexión se produjo a las 8:15 p.m. hora local (0:15 GMT), debido a una avería en una subestación eléctrica que provocó una pérdida de generación en el occidente del país, lo que resultó en la caída del sistema en su totalidad.

Este nuevo apagón agrava aún más la crisis energética que atraviesa Cuba, que ha experimentado altas tasas de déficit y afectaciones en el suministro eléctrico en los últimos meses.

En febrero, el país vivió el mayor déficit en al menos dos años, con un 57% de su territorio a oscuras de manera simultánea. A las interrupciones del servicio eléctrico se suman las dificultades para abastecerse de combustible, esencial para poner en funcionamiento el sistema termoeléctrico del país.

Impacto social y económico

La situación ha afectado a la población cubana, que enfrenta interrupciones diarias del servicio eléctrico, que en algunas regiones superan las 20 horas por día. Estos apagones constantes no solo dificultan las labores cotidianas, sino que también están afectando la economía de la isla, que depende en gran medida del suministro de electricidad para diversos sectores, incluyendo el industrial y el residencial.

Causas estructurales de la crisis energética

Expertos independientes han advertido desde finales de 2024 que la actual crisis energética en Cuba es el resultado de una infrafinanciación crónica del sector eléctrico, que ha estado bajo control estatal desde 1959.

Las centrales termoeléctricas, fundamentales para la generación de electricidad en la isla, están obsoletas y funcionan con tecnología deteriorada, tras décadas de explotación sin inversiones significativas en su mantenimiento o modernización.

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