Mientras el Papa Benedicto XVI renunció, Francisco consideraba que el ministerio del Papa es “ad vitam” y trabajó hasta el último día de su vida
A diferencia de Benedicto XVI, quien renunció en 2013, Francisco optó por ejercer su ministerio hasta el final, convencido de que el cargo debía mantenerse de manera vitalicia.
ROMA.- El fallecimiento del papa Francisco este lunes a los 88 años puso fin a un pontificado que, a diferencia de su antecesor, Benedicto XVI, se sostuvo bajo la idea de que el cargo debía ejercerse “ad vitam”, es decir, por el resto de la vida.
Aunque en algún momento admitió haber preparado una carta de renuncia en caso de sufrir una incapacidad médica, el pontífice argentino siempre consideró que su deber era mantenerse al frente de la Iglesia católica mientras tuviera las fuerzas para hacerlo.
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Esta postura contrastó con la decisión histórica de Benedicto XVI, quien sorprendió al mundo en 2013 al convertirse en el primer papa en renunciar en seis siglos, argumentando que sus “fuerzas mentales y físicas” ya no eran suficientes para continuar con su ministerio.
La renuncia de Benedicto XVI y el precedente que marcó
Benedicto XVI explicó en su momento que consideraba necesario que un pontífice dimitiera si no podía ejercer el cargo por cuestiones de salud o edad avanzada. Su renuncia, anunciada en latín, abrió la puerta a una situación inédita: dos papas coexistiendo en el Vaticano, con Francisco como papa reinante y Benedicto como papa emérito, quien vivió en un monasterio dentro de los jardines vaticanos hasta su muerte, ocurrida el 31 de diciembre de 2022.
En sus memorias tituladas “La vida: mi historia a través de la historia”, publicadas en 2024, Francisco recordó cómo vivió aquel anuncio.
Por un momento me quedé paralizado. Apenas podía creer lo que oía. Era una noticia que jamás esperé recibir en mi vida: la renuncia de un papa era inimaginable, aunque estaba prevista en el derecho canónico”, escribió.
Francisco reconocía el valor de Benedicto, pero eligió otro camino
A lo largo de la década en la que ambos convivieron en el Vaticano, Francisco elogió la “valentía” y “humildad” de Benedicto XVI por haber tomado una decisión tan difícil. Incluso reconoció que esta acción abrió la posibilidad de que futuros papas consideraran la renuncia como una opción legítima ante circunstancias de salud complicadas.
Sin embargo, tras la muerte de Benedicto, Francisco afirmó que no contemplaba la renuncia como algo que debiera convertirse en costumbre dentro de la Iglesia.
Aunque tenía lista una carta de dimisión para el caso de una incapacidad, explicó que prefería mantener la tradición histórica del papado como un ministerio vitalicio.
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“El ministerio del Papa es ad vitam”: la postura de Francisco
En una conversación privada con la comunidad jesuita de la República Democrática del Congo en 2023, publicada por la revista La Civiltà Cattolica, Francisco dejó clara su postura:
Benedicto tuvo el valor de hacerlo porque no le apetecía seguir por su salud. Yo, por el momento, no lo tengo en mi agenda”.
El papa también señaló:
Creo que el ministerio del Papa es ad vitam (de por vida). No veo por qué no debería serlo. El ministerio de los grandes patriarcas es siempre de por vida. Y la tradición histórica es importante”.
¿Qué opinaba Francisco sobre la posibilidad de una renuncia?
Aunque nunca descartó por completo la opción de renunciar en caso de una incapacidad grave, Francisco consideraba que aceptar las renuncias de los papas como algo frecuente podría generar una percepción de inestabilidad en la Iglesia. Por ello, sostuvo hasta el último día su compromiso con el papado, manteniéndose en funciones pese a los problemas de salud que enfrentó en los últimos meses.
De esta manera, Francisco decidió vivir y morir fiel a su convicción de que el papado es un deber que debe cumplirse hasta el final.
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