"El nivel de crueldad es propio de la era de Stalin": el desafiante mensaje de un activista ruso juzgado por criticar la guerra en Ucrania
Oleg Orlov ha sido acusado de "desacreditar" el papel del ejército ruso en la guerra en Ucrania.
Ni bien entró a la sala del tribunal de Moscú, Oleg Orlov dejó en claro lo que sentía al ser juzgado por criticar a la guerra de Rusia en Ucrania.
El histórico defensor ruso de los derechos humanos abrió su maletín, sacó un libro y apuntó a las cámaras de televisión: "Fin del régimen", decía el título.
"Es un buen título. Recomiendo su lectura", dijo Orlov, uno de los defensores de derechos humanos más respetados de Rusia. "Trata de cómo los regímenes totalitarios y fascistas llegan a su fin".
Oleg Orlov cuestiona de manera directa las dos guerras que el Kremlin lleva adelante: la guerra en Ucrania y, en su país, la guerra contra la disidencia.
Desde el comienzo de la invasión de Rusia en Ucrania a gran escala en febrero de 2022, miles de rusos han sido llevados a juicio gracias a las nuevas leyes diseñadas para reprimir las críticas dentro del país.
Oleg Orlov, de 70 años, está siendo juzgado por infringir una de estas leyes, que contempla penas de hasta tres años de prisión por "desacreditar" repetidamente al ejército ruso con sus críticas a la guerra en Ucrania.
"El artículo por el que se me juzga es 'Acciones públicas destinadas a desacreditar el uso de las fuerzas armadas rusas para proteger los intereses de la Federación Rusa y sus ciudadanos, y preservar la paz y la seguridad internacionales'", dijo a la BBC Orlov antes del juicio.
"En primer lugar, la Constitución rusa garantiza la libertad de expresión. Escribí un artículo en el que presenté mi valoración de los hechos. Procesarme por ello sería violar la Constitución".
"En segundo lugar, lo que está ocurriendo en Ucrania -seamos claros y llamémoslo guerra- va en contra de los intereses de Rusia y de los ciudadanos rusos. En cuanto a 'preservar la paz y la seguridad internacionales', eso es una broma. Me recuerda a 'La guerra es la paz' y ¡La libertad es la esclavitud' de George Orwell. Decir que la guerra en Ucrania es 'en interés de la paz internacional' es un disparate".
El artículo 29 de la Constitución rusa garantiza la libertad de expresión, aunque solo sobre el papel.
En realidad, los rusos que critican públicamente a los que están en el poder corren un gran riesgo.
Las autoridades rusas han reunido un amplio arsenal de leyes represivas que pueden emplearse para castigar a quienes critican al gobierno y a quienes se oponen a la guerra de Rusia en Ucrania.
Además de penalizar la "desacreditación" del ejército, el código penal ruso castiga ahora lo que denomina "la difusión pública de información deliberadamente falsa sobre el uso de las fuerzas armadas rusas".
Conocida a menudo como la "Ley de las Falsedades", se ha utilizado para encarcelar a críticos del Kremlin tan acérrimos como el político opositor Ilya Yashin, que el año pasado fue condenado a ocho años y medio de cárcel.
Distintas "herramientas"
La directora de teatro Zhenya Berkovich enfrenta hasta siete años de prisión por haber escrito y publicado una serie de poemas en contra la guerra, estando acusada de "justificar el terrorismo".
En abril, Vladimir Kara-Murza, crítico del Kremlin y activista antibelicista, fue declarado culpable de traición y condenado a 25 años de prisión en una colonia penitenciaria.
"La magnitud de la represión y el número de casos recuerdan a la época de [el dirigente soviético] Leonid Brézhnev", opina Oleg Orlov. "Pero el nivel de crueldad y la duración de las penas de prisión recuerdan a la época de Stalin".
El juicio de Orlov ha generado una condena internacional. El Consejo de Europa, la organización política más antigua de Europa cuyo objetivo es defender la democracia y los derechos humanos en todo el continente, denunció el caso como "una parodia de la justicia".
"El gobierno [ruso] quiere controlar los pensamientos de la gente. Desea que sólo haya opiniones que estén de acuerdo con sus políticas, incluso cuando se trata de decidir iniciar una guerra", dice a la BBC la Comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic.
"Es importante que los mensajes de todos los que estamos siguiendo lo que ocurre en Rusia sean firmes y claros en el sentido de que esto es inaceptable".
En Rusia no se olvida a quienes están entre rejas. En el centro de la capital rusa, se ven a moscovitas sentados en mesas escribiendo cartas y postales a los presos políticos.
Se trata de un acto organizado una vez por mes por Yabloko, uno de los últimos partidos liberales de Rusia a los que aún se le permite funcionar.
En un país donde las protestas colectivas están restringidas, todavía hay papel y lápiz para mostrar solidaridad y apoyo.
Los retratos de los presos, junto con sus biografías, se han impreso en folletos y están repartidos por las mesas. Los visitantes pueden escribir mensajes a tantas de estas personas como deseen.
"He venido aquí porque siento culpa", dice a la BBC un joven llamado Ilya. "Hay gente que ha ido a la cárcel por expresar sus opiniones. Creo que esto está mal. Quiero apoyarles".
"El apoyo a los presos políticos rusos es muy importante hoy en día", dice Alina. "Tengo conocidos que ya están en la cárcel y entiendo que estas cartas pueden salvarles la vida".
"Cuando no tienes nada que hacer, tu mente empieza a pensar en que estás solo", dice Yulya. "Puedes caer en una depresión. Así que espero que se sientan mejor cuando lean estas cartas".
Para quienes escriben estas cartas a los presos, esta es una forma de demostrar que a pesar de la creciente represión no serán silenciados.
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