La implosión del submarino del Titanic: Los impactantes efectos en los cuerpos de la tripulación
En tan solo un abrir y cerrar de ojos, la tripulación se convirtió en una especie de "salsa humana", sin tener siquiera conciencia de lo que estaba sucediendo.
La tragedia de un submarino tripulado que alcanza su profundidad de implosión ha dejado al mundo conmocionado. En un reciente video publicado en el popular canal de YouTube iTops, se revelan los impactantes efectos que sufrieron los cuerpos de la tripulación cuando el submarino se desintegró bajo la intensa presión submarina.
El submarino en cuestión, conocido como Titan de OceanGate, se encontraba explorando los restos del Titanic en el lecho marino.
Según los ingenieros, la profundidad límite para bucear era de 4.000 metros, sin embargo, el submarino no resistió y se destrozó antes de alcanzar esa marca.
Se estima que su descenso máximo fue de 3.800 metros, un hecho que plantea interrogantes sobre las razones detrás de esta tragedia.
¿Qué teoría hay detrás de la implosión de Titan?
El video revela una teoría respaldada por el renombrado director de cine James Cameron, quien diseñó su propio submarino para explorar las profundidades oceánicas. Cameron explica que el caparazón del submarino Titan, construido con fibra de carbono, no posee las características necesarias para soportar la extrema presión a la que fue sometido. Aunque resistente, este material compuesto no tiene la misma durabilidad que el titanio o el acero templado utilizados en otros submarinos de alto nivel.
La implosión del submarino fue instantánea y devastadora. En un milisegundo, la estructura se desintegró como un pedazo de vidrio ultra templado bajo millones de toneladas de presión. La comunicación con el puesto de control se perdió abruptamente, mientras que en la superficie se detectaban fallos en las tuberías y accesorios, indicando fallas en la estructura del submarino.
¿Qué pasa con los cuerpos en una implosión?
El reporte también señala la terrible suerte de los cuerpos de la tripulación. Al momento de la implosión, la descomposición fue prácticamente instantánea. La anatomía humana, con su tiempo de procesamiento de información, no pudo captar el dolor o el sufrimiento en esos fugaces momentos finales. En tan solo un abrir y cerrar de ojos, la tripulación se convirtió en una especie de "salsa humana", sin tener siquiera conciencia de lo que estaba sucediendo.
Los restos de los cuerpos y escombros del submarino fueron expulsados violentamente hacia la superficie. Aunque se cree que podrían pesar alrededor de 400 kilos, las altas temperaturas generadas en el interior del submarino impiden que los restos de metal y otros materiales se derritan. Sin embargo, cualquier forma de vida presente en el submarino se reduciría a una pasta, que sería rápidamente consumida por otros organismos marinos.
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