Los niños de Palestina e Israel siguen sufriendo mientras se ignora sistemáticamente el derecho internacional: Experto
El lanzamiento indiscriminado de cohetes hacia Israel y Palestina ha expuesto a los niños allí a traumas, lesiones y muerte.
ISRAEL.-Entre los cientos de personas ya fallecidas en los últimos enfrentamientos entre Israel y Hamás, muchos son niños. Y a pesar de que la muerte de niños es invocada por ambos lados como evidencia de la brutalidad de su enemigo, sin duda el número de muertos seguirá aumentando.
Porque desde hace décadas, ni Israel ni Hamás han mostrado disposición alguna de cumplir con un principio básico del derecho internacional humanitario: que en tiempos de conflicto se debe hacer todo lo posible para proteger a los jóvenes.
Este aspecto del conflicto rara vez recibe la atención que merece por parte de los políticos o los medios de comunicación. Incluso las organizaciones benéficas que trabajan en la región a menudo no abordan el problema como les gustaría. Sin embargo, investigadores como yo hemos podido resaltar cuán significativamente se ven afectadas las vidas de los niños, dice Jason Hart, profesor de Humanitarismo y Desarrollo en la Universidad de Bath.
El lanzamiento indiscriminado de cohetes hacia Israel ha expuesto a los niños allí a traumas, lesiones y muerte. Mientras tanto, innumerables niños palestinos mueren en bombardeos en la Franja de Gaza. En Cisjordania y Jerusalén Oriental, la matanza de niños palestinos es una ocurrencia frecuente que invariablemente queda impune.
Sin embargo, una adición de 1977 a los Convenios de Ginebra (artículo 77) establece que: "Los niños serán objeto de respeto especial y estarán protegidos contra cualquier forma de asalto indecente".
Continúa diciendo que las partes enfrentadas deben proporcionar a los niños "el cuidado y la ayuda que necesitan". Pero hay escasa evidencia de que tanto Hamás como Israel muestren este cuidado.
También vemos un completo desprecio por el derecho internacional en el secuestro de niños por parte de fuerzas enemigas. Tras el reciente ataque de Hamás a Israel, han surgido informes impactantes de niños israelíes secuestrados por Hamás y llevados a la Franja de Gaza solos o con sus padres.
También es impactante el secuestro prolongado y rutinario de niños palestinos, algunos de apenas 12 años. La evidencia recopilada por la organización benéfica británica Save The Children y otros muestra que estos niños son retenidos en prisiones, a menudo con adultos, y son comúnmente agredidos por los guardias.
La detención administrativa a menudo dura meses, y la liberación se ofrece solo después de firmar una confesión, típicamente por arrojar piedras. Pero se informa que esas confesiones se obtienen bajo amenaza de continuar con el encarcelamiento si el niño se niega.
Tales violaciones continúan impunemente y sin comentarios o intervención. Los medios de comunicación convencionales rara vez informan sobre las violaciones de los derechos básicos de los niños palestinos, mientras que los líderes políticos han demostrado reluctancia para involucrarse.
Los trabajadores benéficos en el terreno, muchos de los cuales he entrevistado en los territorios ocupados, se sienten incapaces de hablar. A pesar de ser conscientes de la violencia sufrida por los niños palestinos, se sienten constreñidos por los donantes gubernamentales que no quieren alienar a las élites políticas y empresariales de Israel. Incluso cuando hay un importante estallido de violencia, estas organizaciones tienen poco poder para exigir el cumplimiento del derecho internacional.
Dicho esto, Save the Children ha condenado la violencia actual, afirmando que la magnitud de los ataques en Israel y Gaza causará daños que perdurarán mucho después de la crisis inmediata.
El tipo de daño al que se refieren fue objeto de un estudio reciente en el que mis colegas y yo exploramos la protección de los niños refugiados en la Franja de Gaza y Jordania. Observamos las amenazas a las que estaban expuestos y cómo se podían reducir esas amenazas.
Miedo constante
Encontramos que las situaciones en ambos lugares eran notablemente diferentes. En Jordania, la vida diaria era dura, pero de alguna manera las familias se las arreglaban. En la Franja de Gaza, los niños estaban expuestos rutinariamente a un peligro mortal que caía del cielo en cualquier momento. La impotencia de los padres palestinos se ponía regularmente al descubierto.
Como una madre en Gaza nos dijo: "Sinceramente, ... nunca me siento segura, y siempre tengo miedo de que algo malo pueda suceder y lastimar a mis hijos. Ellos nunca se sienten seguros o cómodos. No están mental ni físicamente sanos".
Esa entrevista se realizó unos meses después de un importante estallido de violencia militar en 2021 en el que murieron 66 niños palestinos. Dos años después, están ocurriendo hostilidades aún mayores.
Agravando la amenaza a la supervivencia de los niños, Israel ha anunciado que el bloqueo de 16 años a Gaza se volverá aún más punitivo al retener alimentos, agua, electricidad y combustible. Mientras tanto, importantes donantes para los palestinos, incluida la Comisión Europea y los gobiernos de Alemania y Austria, están considerando la suspensión de la ayuda.
La capacidad de los padres palestinos para proteger a sus hijos se está socavando de manera integral como nunca antes. Y parece que el derecho internacional no cuenta para nada.
Artículo original publicado en The Conversation, escrito por Jason Hart, Profesor de Humanitarismo y Desarrollo, Universidad de Bath.
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