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La Frontera Invisible

Hace apenas cuatro años, el 67% de los latinos o hispanos se declaraba católico practicante, hoy el porcentaje ha bajado 12 puntos y apenas si rebasa el 50%, según una encuesta del Pew Research Center recién publicada. Algo semejante a lo que ha estado sucediendo en la mayoría de los países de América Latina donde hoy hay menos católicos que hace diez años. Las causas de la sangría presentan un problema complejo al Papa Francisco, el primer Papa nacido en un país de Latinoamérica, pues van en dos direcciones contrarias, una conservadora y otra liberal progresista. En Estados Unidos la declinación en la feligresía es crítica porque actualmente los latinos representan el futuro del catolicismo en el país. De los 35.4 de adultos latinos, casi 20 millones se identifican como católicos a pesar de que uno de cada cuatro latinos ha abandonado la religión en la que fue criado. En América Latina donde más de mil millones de personas están afiliadas a la iglesia católica y representan el 42% de los católicos en el mundo, la constante ha sido que conforme el país progresa económicamente aumenta la deserción aunque esta no ha sido la única causa de la separación. En ambas regiones, el apartamiento ha reforzado a las iglesias protestantes y ha fortalecido las filas de los no afiliados a una iglesia. En el primer caso, tanto en Estados Unidos y en América Latina, los convertidos argumentan que en las iglesias protestantes el nivel de compromiso religioso es mucho más alto y están más involucrados en otras actividades religiosas como grupos de estudio bíblico. Este grupo tiende a ser mucho más conservadores que los propios católicos. El catolicismo sigue siendo la religión oficial de Costa Rica, y tiene un estatus constitucional preferencial en Argentina y Panamá. Pero en muchos países de Centroamérica, el porcentaje de católicos ha caído por debajo de 50%. En Brasil, que tiene más católicos que cualquier otra nación de la región, la cifra ha descendido casi 30 puntos en un lapso de 50 años. La mayoría de quienes han abandonado el catolicismo en Estados Unidos dicen que se alejaron de la religión en la que fueron criados porque dejaron de creer en las enseñanzas de la religión católica. En este sentido, muchos de ellos se auto-declaran agnósticos o ateos o simplemente no afiliados. En EE UU representan el 18% de los latinos, son en su inmensa mayoría menores de 30 años, no van a misa ni participan en celebraciones religiosas y sus opiniones sobre temas sociales y sus simpatías políticas son mucho más liberales que las de ambos grupos religiosos. Algunos dicen que la decisión la provocó una “profunda crisis personal” y unos cuantos que cambiaron su religión para adoptar la de su pareja. Uno de cada cuatro hispanos han abandonado el catolicismo mientras que en la población general la estadística se reduce a uno de cada diez. El problema mayor para la jerarquía eclesiástica es que tanto quienes se separan de la iglesia como los que permanecen dentro de ella han planteado críticas tanto a la doctrina religiosa como a la práctica de los sacerdotes. En Estados Unidos, por ejemplo, el 75% de los latinos entrevistados dice que a la iglesia Católica le queda mucho por hacer para resolver y evitar el abuso sexual de los sacerdotes, mientras que solo un minúsculo 4% piensa que ya ha hecho lo suficiente. El número de hispanos que apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo ha aumentado en los últimos cuatro años pero las diferencias entre los no afiliados a una religión, los católicos y los protestantes son grandes. Los primeros están a favor abrumadoramente, cuatro por uno; casi la misma proporción pero a la inversa en el caso de los protestantes con tres de cada uno en contra. Los católicos quedarían en medio aunque la mayoría lo aprueba. En América Latina los porcentajes varían mucho de país a país. En Colombia, el porcentaje de católicos que se opone es de los más altos del hemisferio, en México aunque es menor sigue siendo alto. En buena parte de América Latina, el aborto sigue siendo ilegal y en muchos casos una ofensa criminal. En Chile, El Salvador, Honduras y Nicaragua, está prohibido incluso cuando la vida de la madre corre peligro. Los no afiliados favorecen la legalidad del aborto pero tanto los católicos como los protestantes en su mayoría se oponen al aborto en ambas regiones. En EU la mayoría favorece el matrimonio de los sacerdotes y la ordenación de mujeres como sacerdotes. En América Latina este no es el caso aunque los porcentajes de apoyo o rechazo varían según el país. El Papa Francisco se ha fijado como meta la evangelización de su rebaño empezando por la región que mejor conoce y no cabe duda que doctrinalmente parece estar en sintonía con las mayorías de los creyentes. Pero a pesar de sus muchas virtudes personales, su agenda no convence a los jóvenes hispanos ni a quienes en América Latina favorecen una agenda moderna, progresista y que hoy están abandonando la religión que heredaron de sus padres ni a quienes buscan refugio en las iglesias protestantes, más conservadoras pero aparentemente más acogedoras. *El autor es analista político. Estudió Filosofía en la UNAM. Actualmente escribe en 19 periódicos de 12 países.

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