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Peras al olmo

Como he expresado, me considero un ser afortunado que siempre he encontrado en mi larga existencia oportunidades y personas que han facilitado el desarrollo de actividades que son mi vocación, como el magisterio, las letras y el periodismo y, las segundas han sido maestros que forjaron Vasconcelos y Narciso Bassols, en los años 20 y 30 del siglo XX, que en esas décadas vinieron a Baja California y en el Valle de Mexicali se sumaron a los pioneros constructores de esta región. Recuerdo, al respecto, a muchos que conocí de esa estirpe, algunos de los cuales me dieron no sólo su enseñanza, sino su afecto y apoyo en las tareas que emprendí y los cito en mi libro "Personajes Notables", entre ellos, los siguientes: Limbano Dominguez, sobrino del prócer Belisario, poeta él, que me enseñó las primeras letras en estación Cesbania, del Valle, en 1935, originario de Comitán de Domínguez, Chiapas; educación primaria que continué en Islas Agrarias con las maestras Victoria Meza Olmos y Aurelia López y concluí en la Poli de Tijuana, en la que tuve entre los maestros destacados a Jesús Cortés Limón, Lauriano Sánchez Gallego, Miguel Bargalló y Aurelio Magro, españoles los tres últimos, de gran prestigio como intelectuales en su patria, España, por lo que me siento un privilegiado en la educación que recibí. Al respecto, señalo que se suele recordar a mucha gente pionera de nuestro Estado y de Mexicali, especialmente, venida de otras entidades del País y del extranjero, pero pocas veces se recuerda a los maestros que también llegaron de otras partes a forjar con su sabiduría y su esfuerzo a las nuevas generaciones. Por eso es necesario recordarlos, como lo hago y lo han hecho con mayor detalle y precisión otros compañeros como Julio Rodríguez Barajas, autor de la obra "Maestros de Baja California" (tres tomos), Hermenegildo Pérez, autor de "Historia de la Educación en Mexicali" (ICBC, 2008) y Norberto García, entre otros. Yo, en forma más modesta, he escrito varios libros en los que siempre me refiero a maestros que han destacado en su profesión y otras actividades, como el arte, el periodismo, la historia, etc., algunos de los cuales han sido galardonados por el Ayuntamiento de Mexicali como "Mexicalenses Distinguidos", por el Gobierno del Estado como "Creadores Eméritos" y otras instituciones oficiales como la UABC y el Tecnológico de Mexicali y la Fundación Acevedo, como "Forjadores de BC"; entre estos últimos recuerdo que en el año 2000 fuimos premiados, con ese reconocimiento, Julio Rodríguez, Yolanda Sánchez Ogás, Rafael Chávez Carrillo (1916), que este año cumplió 99 años de edad, mientras yo cumplía 89. Este insigne maestro es originario de Colima, como lo eran muchos educadores en 1950 cuando inicié mis labores docentes y conocí a dicho mentor que llego a Mexicali en 1940, en que empezó su labor educativa. Entonces, recuerdo, la mayoría de maestros en Mexicali eran de Colima y de Baja California Sur. Algunos, como Gilberto Ahumada, llegó de ese lugar siendo niño, en 1920; como llegó de Sonora, mi maestro Jesús Cortés Limón, que estudió en las primeras escuelas de Mexicali, antes de irse a Tijuana. En 1950 conocí sólo tres maestros nativos de este municipio: Nicho Hirales, Hermenegildo Pérez y Victoria Castro, que estudiaron en las primeras escuelas de esta ciudad, los tres fueron ilustres maestros y me distinguieron con su amistad. Los recuerdo con mucho cariño, pues los tres ya fallecieron, pero me dejaron un gran legado como educadores y creadores de instituciones. Merecen ser recordados y reconocidos por la gran labor que realizaron forjando ciudadanos de bien, ejemplares. Los tres fueron de ese temple que enseñó Vasconcelos. El autor es escritor.

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