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Peras al olmo

En el argot periodístico se suelen atribuir a un personaje mítico o misterioso los errores que aparecen en artículos, aunque el responsable de ellos es el autor de los textos. En mi caso las columnas son escritas a la antigüita, en máquina de escribir y enviadas trianguladas (por otra persona) al diario, por lo que es difícil saber quién comete los errores y lo más cómodo es atribuírselos al famoso "duende" que, cuando son mínimos y no alteran el sentido principal de lo expresado, no ameritan aclaración, pero cuando alteran su contenido, en perjuicio de terceros, como es el caso referente a mi columna anterior, en la que una frase alteró o cambio mi expresión, me obliga a pedirle disculpas a mi compañero maestro Jorge Alvarado Ramírez, a quien señalé como pionero de la educación en Mexicali y "el duende" me escribió "tío negro de la educación"; esa frase "tío negro" no sé de dónde salió; perdón, maestro, por tan grande error. En lo que escribí sobre mi otro compañero, también emérito y pionero del educación, Rafael Chávez Carrillo, ahí sí creo haber omitido palabras en mi escrito, al referirme a una foto que aparece en el libro "Rosarito", del Lic. Conrado Acevedo, creador de la fundación que lleva su nombre, que otorga la presea "Forjador de Baja California", que recibimos el maestro citado y este columnista en el año 2000 en dicho lugar, por lo que estamos en la foto junto con otros maestros que la recibieron también. Aclaro y recuerdo gratamente. En 2013 escribí una columna que aparece en mi libro "Crónicas Fronterizas", en el que trato de la importancia del sentimiento del amor, palabra sacra, digo en un poema. Recuerdo en mi escrito un artículo del insigne escritor Catón, sobre este importante tema, en el que relata la vida de Cristo como hombre nacido en un pesebre y pobre y humilde. "Ésa fue su primera elección", dice y concluye expresando que eso suprema enseñanza se puede cifrar en una sola palabra: Amor es que todas las doctrinas religiosas se resumen en una sola frase: "Dios es Amor". Abunda expresando que si todos acatáramos su mandato "Amaos los unos a los otros", el mundo fuera diferente, porque, termina diciendo: "el que más ama es el que más sabe". Yo, por mi parte, recuerdo frases como las empleadas en canciones: "amar es vivir", pues "sólo quien ama, vive", porque, dice otra canción: "amor es el milagro de la vida". Y a propósito de este sentimiento, el domingo 14 de febrero "Día del Amor y la Amistad", este diario público la columna huésped de Sergio Larrauri, con el título "Escribiendo sobre el amor", en la que señala, entre otras cosas, que Thomas Mann dijo: "Es el amor, no la razón, lo que perdura después de la muerte. Lo anterior es una reflexión nacido por el sentido fallecimiento de un miembro cercano de mi familia, que es numerosa, acaecido recientemente y lastimó mi salud al grado de no poder asistir a sus funerales. Me dolió mucho su partida porque sufrió limitaciones sin quejarse, como tampoco nunca se lamentó de su larga enfermedad y cada semana que nos hablaba a su mamá y a mí, desde Tijuana, donde residió sus últimos años, nos manifestaba el gran amor que nos tenía y que siempre le pedía a Dios, en el que creía, por nuestra salud y bienestar. Él no tenía vienes materiales para darnos, pero los recuerdo y extraño porque nos dio algo mejor que el dinero, nos dio mucho amor y una gran enseñanza para saber soportar con paciencia nuestras carencias y dolencias por achaques y enfermedades. Q.D.E.P. El autor es escritor.

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