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Conciencia Ciudadana

Feliz Año Nuevo Hoy es último día del 2018, un día especial que nos impulsa a hacer un alto en nuestra vida, primero para agradecerle a Dios haber llegado, y luego para evaluar qué hicimos bien, que hicimos mal y cómo podemos mejorar para, éste nuevo año ser más felices, no en el sentido egoísta, sino que, siendo uno mismo feliz, hacer más felices a quienes tenemos cerca. ¡Vivir es increíble! Reza una frase publicitaria. Y es cierto, sobre todo cuando entendemos que Dios nos dio la vida para ser felices, algo aparentemente lógico y simple, pero que no todos entendemos ni sabemos encontrar. ¿Qué es la felicidad? Es la esencia de la vida, en el sentido mismo de la vida. Encarnamos para ser felices y lo somos, cuando creemos y confiamos en nosotros, cuando logramos superar nuestro pequeño yo, nuestro ego, y abrirnos a los demás, estando en paz con la vida y con nuestra conciencia. Es importante entonces vivir el presente, dejar ir el pasado y no hipotecar la vida a las expectativas del futuro, sobre todo cuando las abocamos al tener y no al SER. Aquí entra la realización. ¿Cómo quiero realizarme en la vida? ¿En base a lo material, o en base a lo que llena mis sueños y anhelos? Hay tres ilusiones enormes que nos confunden: Creer que somos un cuerpo y no un alma. El cuerpo es solo el instrumento de la vida, se acaba con la muerte. Segundo: Creer que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder: Creer que tenemos el poder infinito de vivir, y la realidad es que en cualquier momento podemos partir. ¿Qué es lo indispensable para vivir? El amor, esa fuerza renovadora que crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando vives el amor, cada cosa ocupa su lugar y florece la armonía. El verdadero amor tiene una esencia fundamental: La libertad. El amor es libre. Cuando el amor nos ata, nos hace dependientes, deja de ser amor. Dice un dicho famoso: “Año nuevo, vida nueva”. Pero depende de nosotros, de la actitud que tengamos cada día. Podemos preguntarnos, ¿ Cuál es el sentido de mi vida? ¿Estoy trabajando para lograr que mi vida tenga sentido? ¿Qué es lo más importante para mi? ¿Tener cosas, acumular riquezas, estar a la altura de los demás, entrar a la competencia del consumismo o ser realmente feliz? Por otro lado pensemos, ¿Cuántos de los que iniciaron este 2018, hoy ya no están con nosotros? ¿ Se imaginarían acaso que éste año tendrían que dar cuentas a Dios de su vida? De saberlo, ¿habrían actuado igual o diferente? Al agradecer a Dios haber llegado al 2019, preguntémonos sinceramente: ¿Qué necesito cambiar para este nuevo año ser realmente feliz? * La autora es consejera familiar.

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