La Verdad Sea Dicha
El árbitro electoral Un buen amigo es fanático del fútbol y siempre que pierde su equipo, de manera directa o indirecta, culpa al árbitro de la derrota. Que si no le marcó un penalti, que si no marcó el fuera de lugar, en fin siempre dice que favoreció al contrario, y así mitiga el dolor que le genera la derrota. Quiere seguir confiando que vendrán cosas mejores, por lo que lo más fácil para él, es seguir culpando al árbitro de las múltiples derrotas de su escuadra favorita. Lo veo y pienso: pobre de mi amigo, debería cambiar de equipo y así no tener que andar culpando a terceros de sus derrotas. Hasta ahí, es algo particular que no genera mayor problema de carácter social. Sin embargo, estamos a punto de adentrarnos de lleno al proceso electoral local, que si bien empezó desde septiembre pasado, alcanzará su máxima expresión en las próximas semanas cuando arranquen las campañas. Es ahí en donde los políticos, candidatos, dirigentes partidistas, militantes, simpatizantes y ciudadanía en general se pondrá a prueba, para saber si es capaz de participar en la construcción de un proceso democrático, sin manchas, sobresaltos y aceptando los resultados. Pero aquí viene también la responsabilidad que deberá asumir la autoridad electoral. El consejo estatal electoral encabezado por Clemente Custodio Ramos, está obligado a garantizar la certeza, legalidad, independencia y sobre todo un piso parejo a los participantes en las elecciones, desde candidatos hasta partidos políticos. En tiempos tan complicados, de crisis, descrédito, zozobra y sobre todo falta de credibilidad hacia los políticos y sus instituciones, es urgente que el árbitro electoral prevenga cualquier tipo de irregularidad, desde la inocente que se da por desconocimiento de la ley, hasta la que a través de acciones ilegales pretende orientar el triunfo hacia un candidato. Se debe ser transparente y responder a los cuestionamientos de los representantes de partidos en el consejo electoral, para no profundizar en las dudas, quizá hasta adelantarse a los señalamientos. Quienes hemos cubierto diferentes procesos electorales sabemos que las críticas hacia la autoridad electoral son siempre las mismas, es necesario revisar los antecedentes y armar el marco de referencia que impondrán los perdedores. La construcción de las futuras desaprobaciones se van haciendo día a día, a través de las críticas partidistas, ya que son hechos concatenados. Hay dos factores que determinarán las impugnaciones de los resultados ante los tribunales: el porcentaje de votos entre el primer y segundo lugar, y la calidad del proceso, es decir, las acusaciones que se hagan en contra del actuar de los candidatos, funcionarios y autoridad electoral, independiente del porcentaje de votos entre ganador y perdedor. Si hay razones para las objeciones, bienvenidas sean, ya que deberá ocupar el cargo quien haya obtenido el triunfo en las urnas. Pero si se perdió a la buena, es criticable que se pretenda obtener el triunfo a través de la presión social y los juicios ciudadanos adelantados. Espero que a diferencia de mi amigo futbolero, los candidatos exhiban la madurez necesaria para admitir su derrota, en caso de que no haya irregularidades a su alrededor. Y sí, debo confesar que mi amigo le va al Cruz Azul y aún con sus múltiples derrotas, sigue acusando al árbitro por cada una de ellas. La verdad sea dicha. * La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí