Educación

Confianza perdida Por el derecho a la libertad de expresión. Comienza la contienda interna en el Partido Acción Nacional en el estado y las cosas no pintan nada bien. Los precandidatos que en otros tiempos levantaron oleadas de esperanza e incitaron a la movilización interna, ahora no logran despertar del marasmo a los miembros de este partido. El desprestigio de los interesados en la lucha interna que, a pesar de todo, decidieron participar en las próximas elecciones, son funcionarios actualmente trabajando en el gobierno del Estado. Por supuesto que esto no es un descalificativo solamente, pero indica que forman parte de un equipo político partidario que se ha beneficiado por décadas, de los triunfos de PAN. Si somos medianamente curiosos observaremos las mismas caras presentando currículums vitae, a los que solo les agregaron años a los puestos de trabajo. Pareciera una verdad científica: “nada cambia, todo sigue igual si pertenezco a este grupo político”. Estos sempiternos ganadores de los ingresos financieros ahora solo intentan seguirse sirviendo con la cuchara grande, en diferente posición gubernamental. Además, como fieles seguidores de un líder interno, no miran, no oyen, no creen en los tercos hechos que les dicen que algo está mal. Aún a pesar de que se les muestran pruebas sobre hechos delictivos, llamándoles a unirse a las denuncias, no escuchan ni se admiran de los sucesos ilegales. Siguen apoyando a quienes se han servido con la cuchara grande de la corrupción en su beneficio personal, cometiendo robos descarados en las administraciones municipales o estatales. Son sujetos que amparan a los delincuentes de cuello blanco enquistados en el poder de los gobiernos, porque así lo considera y les exige su líder. No tienen la capacidad de criticar, son sumisos y no sirven para lo que espera nuestra ciudad, estado y país de ellos. Solo quieren llegar al poder para enriquecerse y callar lo que nunca se ha atrevido a señalar: La enorme corrupción que padecemos. Los actuales panistas han defraudado a sus ancestros en el partido, quienes salían a luchar a las calles denunciado a los malos gobiernos y poniéndose la cachucha de la democracia. EL PAN actual que está enterado de las triquiñuelas constantes de los funcionarios públicos, ha permanecido callado comprometiendo el prestigio que antes tuvieron. Por ejemplo, en Tecate ninguno de los precandidatos ha levantado la voz para denunciar o apoyar las denuncias contra los expresidentes Javier Ignacio Urbalejo Cinco, César Moreno González de Castilla o la alcaldesa Nereida Fuentes González. Tampoco se han manifestado por la investigación a la administración del Gobernador Kiko Vega de La Madrid, aunque sea para que se aclare su inocencia. Son unas ovejitas ciegas y mudas que no buscan la verdad social y jurídica. Son una copia fiel y superada del cadáver del PRI. Ni nuestra ciudad, ni el Estado ni el país necesita sujetos que tengan que aclararse la garganta para hacer una denuncia, o que deban mirar los gestos de sus superiores para ver si pueden elevar una crítica. Necesitamos pantalones bien fajados con el cinto apretado y faldas sujetas a la cintura, para que no se resbalen al levantar la frente ante las injusticias, y tomar aire para gritar fuerte al hacer las denuncias. Eso esperamos los ciudadanos: Valor y decisión y este PAN no lo tiene. Vale. * El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.