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Punto de inflexión

Transición sí. Imposición no. "Sin libertad la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es una quimera" Octavio Paz Como lo referíamos en el editorial anterior, la tormenta perfecta cernida sobre Venezuela no sólo ya estalló hace un buen tiempo, sino que las horas actuales de incertidumbre en medio de la crisis vislumbran días de tensión al máximo como introducción al punto de quiebre que se requiere para empezar a ver la luz a final del túnel ó de plano atestiguar la escalada hacia la violencia represiva que siniestramente merodea siempre en este tipo de regímenes dictatoriales que lamentablemente aún existen. Así las cosas, la proclamación del Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (Congreso), Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela, hecho que sucedió a la par de que millones de venezolanos tomaron las calles exigiendo elecciones democráticas y desconociendo la pretendida e ilegal imposición de Nicolás Maduro para un segundo mandato, significa el nuevo capítulo de una historia aún con pronóstico reservado. Por un lado, partiendo de la base del evidente apoyo del pueblo venezolano, Estados Unidos, Canadá, Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Argentina, Guatemala, Chile, Honduras y prácticamente toda la Unión Europea tendiente a que se propicie a través del presidente encargado Guaidó la transición deseada en el poder, por el otro, obviamente respaldado por su ejército, Rusia, México, Cuba, Bolivia, el actual "presidente" Maduro dobla las apuestas desde la ilegitimidad en una escaramuza de la que se viven horas cruciales en este momento. Ante tal escenario, sin duda alguna lo deseable es que pueda aterrizarse la posibilidad de que, aunque parezca imposible, Nicolás Maduro asuma lo evidente en el sentido de que su situación es insostenible y que el diálogo que ofrece parta del reconocimiento irrestricto de que el mandato del pueblo que dice tanto amar le exige no continuar con su descarada intentona dictatorial de poder. Si así fuese, aún estaría a tiempo de limpiar un poco su ya de por sí muy maltratada figura en la historia de un país sumido en una terrible crisis económica, política y social de la que a todas luces él es uno de los grandes responsables. Sin embargo, también está latente la nada deseable embestida de su parte con el afán de imponerse a sangre y fuego propiciando lo que sería una crisis aún mayor (aunque parezca increíble aún pueden estar peor las cosas) en la que, como lo dicta la historia de casos similares en América Latina y el mundo entero, mucha sangre inocente se habrá de derramar como consecuencia de la insensatez y la torpeza de quienes pretenden pasar por encima de lo que sea y a costa de quien sea encabezado "movimientos de lucha" trasnochados que una y otra vez han probado su fracaso a la hora en que se convierten en gobiernos que añoran perpetuarse con los nefastos resultados ya conocidos tantas veces. Veremos y diremos. Mientras tanto, es evidente que se viven momentos angustiantes para los habitantes de aquella nación en vilo. Hagamos votos por que prevalezca la razón sobre la estupidez y puedan pronto encontrarse los cauces debidos de salida a una situación, que, está claro, ya no da para más y requiere ser solucionada... esperemos que de la mejor manera posible. *El autor es editorialista local/consejero CDEM.

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