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Exégesis

La Cuarta Transformación Mientras en un Estado de la república (Matamoros, Tamaulipas.), los trabajadores de 45 maquiladoras hacen estallar una huelga de resultados impredecibles y pérdidas millonarias, una sección de maestros de Michoacán invaden las vías del ferrocarril reclamando el pago de diversas prestaciones por parte de la federación y de las autoridades estatales; y el estallido de una toma clandestina de petróleo que causó la muerte de 130 personas, hacen parecer que vivimos en la anarquía, fuera del estado de derecho, y es que el presidente Andrés Manuela López Obrador alienta un cambio radical en diversos grupos de la sociedad, y no es que sea malo el cambio producto de reivindicaciones añejas a favor de las clases necesitadas, al contrario, ya era necesario que se hiciera justicia a quienes han vivido por años en la marginación y el desamparo social, pero nos parece peligroso una transformación radical cuando el cambio que todos deseamos debería llevarse a cabo en forma pausada y basada en programas y acciones previamente justificados. Desde hace varios años, hemos sostenido que las clases humildes están al borde del estallido, mientras un pequeño grupo de poder se enriquece a costa de quienes mal viven gracias a sueldos raquíticos que no permiten satisfacer las necesidades fundamentales con dignidad. El pequeño grupo que controla el poder en México, todavía no logra entender que la sociedad mexicana está próxima a un levantamiento social, gracias a una política discriminatoria y clasista que no solo cierra la puerta a mejores condiciones de vida, sino que establecen barreras para que los jóvenes de los estratos más humildes tengan acceso a una educación y salud de calidad. Se critica al presidente López Obrador por su conmensurable afán de cambio inmediato, pero no se toma en cuenta la desesperación de aquellos que por fin ven la luz de una transformación social, que traerá consigo no solo el pan a la mesa de los humildes, sino también, acceso a un mundo nuevo donde todos podamos vivir fraternalmente. Se critica al presidente de la república por sus actitudes mesiánicas y sus luchas imposibles a favor de aquellos que han perdido todo, menos la dignidad, y la conciencia de ser parte de un grupo encaminado a obtener el reconocimiento de la dignidad humana que los grupos de poder le han escamoteado. Es cierto que los desvaríos de López Obrador pueden resultar peligrosos y en el afán del cambio generar un movimiento político-económico que en búsqueda de la justicia, desemboque en un enfrentamiento entre los que nada tienen y quienes lo tienen todo. En otras palabras, la crítica a las posturas ideológicas deben ser medidas con antelación, entendiendo que detrás del desborde pasional de la lucha de López Obrador, existe una mayoría que aun no ve reivindicados sus derechos y la vigencia de que estos se vean materializados a la mayor brevedad posible, de lo contrario, pronto veremos más huelgas, más robos a la nación, todo ello fruto de la desatención a los gritos de auxilio de quienes carecen de lo indispensable. * El autor es catedrático de la UABC.

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