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Los precandidatos Por el derecho a la libertad de expresión. Estamos en la etapa de las precampañas políticas electorales, y los escenarios no se miran muy claros. El fuerte impacto que provocó la masiva elección de López Obrador modificó, drásticamente, los escenarios en los diversos organismos políticos en el país. La inseguridad que ahora priva en ellos los está obligando a tratar de aprovechar todas las coyunturas para poder participar en las próximas elecciones locales. Su objetivo central en esta ocasión no es ganar los comicios, sino poder conservar el registro que está en riesgo para todos los partidos excepto para Morena. Los candidatos que por cualquier razón fueros eliminados en las contiendas internas de estos últimos, son buscados con mucho afán para conformar con ellos el equipo con el cual participarán. Tratan de agarrar lo que sea, sin importarles sus propuestas o sus posicionamientos políticos. Ambos, el PRI y el PAN, dicen que van a recuperarse y mantendrán los puestos que ahora detentan. Están convencidos de que pueden hacerla de nuevo, pero la realidad es que el electorado ya se cansó de ellos, y del olvido de sus compromisos. El PAN tiene dos presidentes municipales completamente desprestigiados y repudiados, y un gobernador que ya no sabe qué hacer para recuperar, al menos, el respeto ciudadano. El PRI, por su parte, tiene en su contra toda la histórica corrupción que lo caracteriza y sus precandidatos están no solo flacos, sino enlodados en el desprestigio y la putrefacción total. La alcaldesa de Tecate -que ha tenido una administración irresponsable y mala- no logró recuperarse de los efectos de la huelga de los burócratas, y ni se presentó para la reelección. No hubiera podido lograr los mínimos sufragios por la escasa atención que le ha dado a la ciudad. Las calles están en total abandono, la basura sigue contaminando y se acumula como si se siguiera en la huelga. La mayoría de los tecatenses repudiamos la escasez de interés que ha mostrado la alcaldesa hacia sus obligaciones, y hacia el compromiso que dijo tenía con la ciudad. No obstante que tiene la mejor posición para recibir los votos, Morena ha mostrado una clara conducta hacia el apoyo a la corrupción. Cuando durante la campaña por el Gobierno Federal dijeron hasta el hartazgo que vendrían tiempos nuevos y una lucha directa contra los corruptos, ahora apoyan con descaro, a expriistas y expanistas. Ni aunque sea por respeto y solidaridad han marcado una línea visible entre exfuncionarios gandallas y los supuestos nuevos tiempos. Los ciudadanos que creyeron en la democracia participativa interna de Morena, se han dado un frentazo con las viejas motivaciones de los grupos políticos poderosos que la conforman. Morena va con quienes se alinearon al poder y, al hacerlo, salieron beneficiados con una encuesta muy dudosa, que colocó en las diversas candidaturas a personas que no se han caracterizado por resolver problemas y mostrar una disposición al trabajo. En Baja California no hay una nueva transformación, sigue el mismo episodio que no trae ninguna esperanza de que mejoremos en el futuro cercano. Vale. * El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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