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De historia y algo más

Indefensión aprendida Martin Seligman es un psicólogo, educador y escritor norteamericano, conocido por su teoría de la indefensión aprendida, la teoría del optimismo aprendido y por ser uno de los pioneros de la psicología positiva. La indefensión, es un aspecto estudiado, para comprender los procesos por los que somos incapaces de reaccionar ante situaciones dolorosas. Su teoría se basa en la idea de que la persona se inhibe mostrando pasividad cuando las acciones para modificar las cosas, no producen el fin previsto. Esta teoría fue investigada y desarrollada por él. Realizó experimentos con dos perros en una jaula, a los que se les daba choques eléctricos. Uno de ellos, tenía la posibilidad de cortar la corriente, con un golpe de hocico; el otro, no. El primer perro, mantuvo la alerta y la energía, mientras que el otro, vivió asustado, nervioso y cayó en una depresión. Su actitud fue de completa indefensión, aun cuando cambiaron las condiciones y ya tenía la posibilidad de cambiarla. También conocida como impotencia aprendida y se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha aprendido a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades reales de cambiar. Aquellos individuos que han sido ineficaces o menos sensibles para determinar las consecuencias de su comportamiento se dicen que han adquirido indefensión aprendida. La indefensión no es un asunto meramente individual, se puede contagiar a toda una sociedad. La segunda guerra mundial fue un caso extremo en donde se puso de manifiesto toda la crueldad de la que el ser humano es capaz de hacer y de soportar, el mejor ejemplo de ello fueron los campos de concentración nazis, en donde miles de seres humanos que habiendo perdido toda esperanza de sobrevivir, prácticamente se entregaron a la muerte. El 14 de febrero de 1929, la ciudad de Chicago fue testigo de uno de los acontecimientos más atroces dentro del mundo criminal de aquel entonces: la Matanza de San Valentín, con la cual se llegó a un nivel de violencia nunca antes visto, ¡habían matado a 7 personas! En México ya es común ver, leer y oír matanzas que superan con mucho la de San Valentín, los mexicanos ya perdimos la capacidad de indignación. Como sociedad ya nada nos asombra, nada nos indigna, estamos cayendo en la desesperanza, el conformismo y la resignación ante hechos y eventos negativos que cotidiamente acontecen en nuestro país. Recientemente se suspendió la construcción de la obra aeroportuaria más importante de Latinoamérica, el ejército ya está al frente de las grandes obras públicas y a cargo de desarrollos inmobiliarios y de infraestructura para obras civiles, existe desabasto de combustible en algunas partes del país, cientos de niños, hijos de madres solteras y de escasos recursos, ya no podrán estar en guarderías para ser cuidados, alimentados y educados, se emitió un perdón republicano, ya no habrá castigo ni persecución a criminales y políticos corruptos, se dejó sin empleo a miles de trabajadores del SAT y del IMSS, hubo muertos por el robo del combustible, un pasante de agronomía como director de Pemex, un abogado en CFE, etc., y no pasa nada, estamos aprendiendo a ser un pueblo indefenso, tonto y pasivo que se está acostumbrando aceleradamente a eventos negativos? Y esto apenas empieza. *- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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