Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / notamigracion

De historia y algo más

Cuando Cristóbal Colon buscaba una ruta alterna para llegar a Cipango (actual Japón) nunca imagino que su aventura lo llevaría a descubrir un mundo no conocido con una cantidad inimaginable de recursos naturales, al término de sus cuatro viajes al continente descubierto se produjo en los siguientes siglos un intenso comercio entre América, Europa y Asia. El medio de transporte por supuesto fueron los Navíos, mismos que iban cargados de oro, especias, frutas, orfebrería y mercancías en general que se comercializaban entre los dos continentes, logrando en muy poco tiempo que España y Portugal fueran potencias mundiales y que sus navíos fueran objeto de asalto o robos por parte de otros países como Inglaterra y Francia, había surgido la piratería en la rutas de las indias. A lo largo de la historia hubo miles de piratas e historias sobre estos. Los piratas han sido asimilados muy a menudo como corsarios. El Corsario era el nombre que se concedía a los navegantes que, en virtud del permiso concedido por un gobierno en una carta de marca, capturaban y saqueaban el tráfico mercante de las naciones enemigas de ese gobierno. Famosos fueron Francis Drake, Henry Morgan, Calicó Jack, William Kidd, Roger de Flor y Barbarroja, todos ellos tenía una patente denominada Patente de Corso, la cual se refería a la carta patente o documento oficial que alguien presentaba para demostrar que estaba autorizado a emprender una campaña naval para perseguir y saquear las naves, llevados a cabo no como acción de guerra, pero sí por barcos autorizados por su gobierno. En México cualquier persona puede manifestarse públicamente, agredir a la autoridad, bloquear las fuentes de trabajo y causar daños materiales o físicos a la población, el seguro social o el SAT puede embargar tus cuentas de cheques por que suponen que los estas defraudando sin juicio previo, un sindicato obrero te puede emplazar a huelga sin tener un solo trabajador afiliado en sus filas y además te demanda que firmes con ellos un contrato colectivo de trabajo sin existir ninguna relación laboral con el mismo por una módica cantidad mensual, es decir quién te daña y no es sancionado por la autoridad es porque tiene Patente de Corso o lo que es lo mismo se les permite actuar con impunidad y hostigarte como modernos piratas o corsarios. No es posible que el inversionista o el constructor arriesguen su patrimonio y aparezca un sindicato obrero queriendo extorsionar por dejarte trabajar o querer imponer sus reglas y sus precios presumiendo que la autoridad laboral los protege, es libre mercado, es competencia, es oferta y demanda. La autoridad laboral no puede ni debe prestarse a este tipo de corruptelas y mucho menos fomentarlas, los sindicatos no fueron diseñados para pedir derecho de piso, ya pasaron los tiempos en que por estar adheridos a una central obrera nacional y a un partido hegemónico sigan actuando como delincuentes. ¿Cuando la autoridad protegerá al que genera empleos? Y no a quien los inhibe. Ya es tiempo de que se modifique la ley federal del trabajo y que el gobierno no sea el recaudador de las cuotas obrero-sindicales de sindicatos poderosos como el de Pemex, CFE, SNTE, CNTE o de cualquier sindicato de burócratas en el país, sería un buen paso contra la corrupción y la opacidad. *- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados