De historia y algo más
Su nombre completo era José de la Cruz Porfirio Díaz Mori. Nació en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830 y murió en París, Francia, el 2 julio de 1915, fue presidente de México por más tiempo que nadie. Después de su heroísmo al mando de tropas contra los franceses, trató de asumir la presidencia a través de un golpe de estado contra el presidente Benito Juárez en la fallida revuelta de La Noria en 1871. Su revuelta de Tuxtepec, justo antes de las elecciones de 1876 contra el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, tuvo éxito y luego ejerció como presidente del 23 de noviembre de 1876 al 30 de noviembre de 1880 y de 1884 hasta 1911. Durante este periodo, calmó a los inversores estadounidenses y restableció relaciones con las potencias europeas. Durante su presidencia, Díaz y sus consejeros transformaron México con la construcción escuelas, creando una base de infraestructuras para el país y el ferrocarril. En el siglo XIX, los ferrocarriles eran los símbolos de progreso económico y todos los países querían construirlos. Aunque los primeros contratos para la construcción de ferrocarriles en México se habían firmado en la década de los 1830, no fue hasta la década de los 1870 que los ferrocarriles finalmente se movían entre la Ciudad de México y el importante puerto de Veracruz. La construcción de ferrocarriles fue una de las metas más importantes del gobierno de Díaz y para 1910, México presumía de tener 16,093 km de vía férrea, uniendo al país, facilitando el transporte de mercancías y permitiendo que los residentes de las zonas rurales pudieran dejar las granjas por trabajos en la ciudad. Entre 1876 y 1910 tuvo lugar en México un notable proceso de desarrollo económico: se construyeron vías de ferrocarril que unieron al país y permitieron ampliar los mercados; saneó y embelleció las ciudades; se intensificó la producción minera y agrícola y se consolidó un sector orientado a la exportación; se multiplico la propiedad privada, la mayor acumulación de riqueza hizo posible el inicio de la industrialización. En ello influyeron varios factores, entre los cuales es preciso destacar la estabilidad política y la transformación del marco legal, que propiciaron la llegada de capitales extranjeros y una mayor apertura a la economía internacional. El gran logro del régimen encabezado por Porfirio Díaz fue la reanudación del crecimiento económico, que arrancó desde un nivel muy bajo tras décadas de estancamiento o franca depresión. Fue, además, una conquista conscientemente buscada por la élite gobernante y que se pensaba alcanzar con la estabilidad económica, al punto que las reelecciones del presidente se justificaban, entre otras razones para que pudiera realizar “el programa económico que nuestro estado social demanda”. Una anécdota de Porfirio Díaz: en una carta dirigida al Zar de Rusia comento: Estimado amigo: Conforme en cuanto a la Paz, pero nequaquam en cuanto al desarme, porque si yo me desarmo se me acaba la Paz. Este sistema empezó a deteriorarse debido a la avanzada edad del presidente y a la falta de consenso sobre un sucesor, el aumento del nacionalismo, tanto político, como económico o simplemente mala suerte, y para evitar una guerra civil, se autoexilió en Paris. El fantasma de Porfirio Díaz, persigue a todos los políticos mexicanos con el tema de la reelección, revisen la historia para que no se repita. *- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí