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Conciencia Ciudadana

En el marco del mes que celebra a la mujer, ésta semana la Cámara de Senadores en sesión solemne, entregó la presea “Elvia Carrillo Puerto”, a la directora y fundadora de la agrupación “Católicas por el Derecho a Decidir”, María Consuelo Mejía. La Senadora Malú Micher, le dirigió un amplio discurso, ponderándola por ser una “Encomiable feminista y católica progresista, ejemplo incansable por las causas de la mujer oprimida por el hombre, asegurando que su labor de 25 años, la ha llevado a cabo desde el catolicismo y desde la doctrina católica a la cual pertenece.” ¿Que no es uno de los preceptos de la Iglesia Católica: No matarás? Una vez entregada la presea, Consuelo Mejía, en el pleno del Senado agradeció la distinción, declarando sentirse muy orgullosa de impulsar la “ interrupción de embarazos” y con la conciencia tranquila por ser la representante y la voz progresista y liberal de las mujeres católicas de “libre conciencia”. ¿ Será un orgullo presidir una organización cuyo objetivo fundamental es impulsar a que la mujer permita asesinen en su seno a su propio hijo? Esto será la “libre conciencia”? ¿ Cómo se explica que en la Cámara de Senadores, donde se supone debe prevalecer el estado laico, se premie a una “Católica” por su labor? Bueno, empecemos diciendo que esta señora ni su agrupación son católicas. Utilizan el nombre a su conveniencia y para confundir. Ellas son feministas radicales; sus postulados son contrarios a los de la Iglesia Católica Romana fundada por Jesucristo, razón por la cual, están excomulgadas por la Jerarquía Católica Ellas lo saben, pero no les importa, igual siguen engañando mujeres. Como agrupación feminista, presumen ayudar a la mujer, lo cual es falso. Nunca un aborto es ayuda. Es un crimen y la madre cargará siempre el peso de la culpa en su conciencia. Esto no les interesa. Su interés está en los jugosos recursos que reciben de fundaciones como Ford, Rockefeller, George Soros, para presionar en los países, leyes que aprueben la “interrupción del embarazo”, otra falacia, porque lo que se interrumpe se reanuda; aquí no sucede, aquí se destruye. Quienes pertenecemos a la Iglesia Católica, estamos a favor de la vida de la madre y del niño por nacer. También estamos de acuerdo en que las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. Lo que no estamos de acuerdo ni tenemos derecho es a decidir sobre el cuerpo del otro, nunca. Esta mujer fue premiada entre aplausos y vivas por manipular a la mujer para que tenga “libre conciencia” para matar a su hijo. Por usar a la mujer para llenarse los bolsillos de dinero manchado con sangre inocente. Las niñas y mujeres explotadas sexualmente, víctimas de trata de blancas no le interesan, tampoco las niñas por nacer. Afortunadamente existen infinidad de grupos de personas, hombres y mujeres, dedicados a sacar adelante a mujeres embarazadas, niñas explotadas, enfermas o abandonadas. Estas personas nunca recibirán ni necesitan, un reconocimiento como éste que a fin de cuentas vale tan poco, ellas lo tienen ganado de antemano y es mil veces mejor, se lleva en el alma y es eterno. * La autora es consejera familiar.

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