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Difícil recuperarse

Empiezo comentando que el reciente debate entre el actual presidente de Estados Unidos Biden y el presidente Trump.

Salvador Maese Barraza

Empiezo comentando que el reciente debate entre el actual presidente de Estados Unidos Biden y el presidente Trump, anterior mandatario, no era el primero, fue ya estuvieron cara a cara, replicando, debatiendo y haciendo propuestas al electorado, para las pasadas elecciones del 2020.

Lo que sí vi, como muchos otros que nos conectamos mediante algún medio de comunicación para ver el encuentro y en los días posteriores leímos y escuchamos varios comentarios sobre cada participante. Para no pocos, fue desastrosa la intervención del presidente en funciones, desarticulado, divagante, mezclando temas e incluso distante de lo que estaba sucediendo.

Percibí de los dos candidatos propuestas que pudieran ser difíciles en su aplicación para mejorar las condiciones de las personas viviendo en Estados Unidos o incluso para gran parte del mundo. El desgaste y desubicación de Biden fue difícil de ocultar, no sólo por la edad que si bien no es muy abierta la diferencia con Trump /solo 3 años, 81 y 78 respectivamente), la fortaleza física del segundo es mayor a la del primero; lo mismo pasa con la agilidad mental, aunque siendo objetivo hay superioridad en la experiencia y conocimiento político y gubernamental del primero, lastima que lo delató la decaída salud.

En el fondo, lo que quiero transmitir es que del debate y lo que tenemos de cada unos en los últimas semanas o meses, es lo siguiente: no es que Trump sea joven, ni mejor hablador ni candidato que hace cuatro años, simplemente Biden quedó pasmado, acartonado, dubitativo. Eso no le permitió transmitir contundentemente las mejorías que se han dado en los años que lleva de gobernante. Por ejemplo, la tendencia al alza de los precios se tiene controlada y va con tendencia a la baja; aunque si, reconozco, el tema de las elevadas tasas de interés sigue siendo un factor negativo que toma en cuenta el electorado, sea demócrata o republicano. Tampoco ha transmitido bien entre la ciudadanía que la economía ha mejorado, está en crecimiento y la tasa de desocupación es una de las menores en la historia.

Podrá recuperarse Biden, es pregunta que muchos de mis amigos y colegas nos hacemos. Misma duda percibe gran parte del mundo, pero sobre todo los simpatizantes e impulsores del Partido Demócrata. De ya, terminando el debate, debió hacerse un recuento de daños y proceder a la recuperación de imagen y campaña. Los tiempos corren a favor de Trump y los Republicados y en contra de Biden y su partido. Difícil en verdad recuperarse, como también pedirle al presidente en funciones que se presente otro candidato, además que para continuar en la campaña de reelección más de uno quiere tener detalles sobre su salud y su estado mental.

Parafraseando, aquí no aplica el de “its the economy, stupid” dicha por un asesor de Clinton por ahí del año 1992. No aplica, en mi opinión, porque en cuestiones de finanzas públicas y economía, Estados Unidos no está mal; lo que no repunta es la confianza de las personas de un mejor contexto en los próximos años; se percibe falta de rumbo e incertidumbre respecto de cómo debe fortalecerse la democracia y mantener las libertades individuales y generales, independientemente de que el próximo presidente sea individualista y falto de respeto a las normas (caso Trump) o alguien con alud afectada., como Biden.

*- El autor es Presidente de Index Mexicali.

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