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Más de lo mismo pero en mujer

La llegada de la primer Presidente mujer a nuestro país, no generó en muchos mexicanos una gran expectativa ni contento.

Anita B.  de Ochoa

La llegada de la primer Presidente mujer a nuestro país, no generó en muchos mexicanos una gran expectativa ni contento, ya que, llegó al poder, no por un proceso transparente y válido, sino por imposición; una serie de ilegalidades en la campaña, y un supuesto triunfo echado abajo gracias al conteo ciudadano de cientos de mexicanos, cuyo resultado contundente no le favoreció y ella lo sabe. Un logro impuesto por el poder del Estado que hasta los llevó a quemar las actas y votos que por ley, deben resguardarse por 5 años.

La ceremonia lució desangelada. De los 228 Jefes de Estado, Presidentes, Primeros Ministros, Reinas o Reyes que fueron invitados, solo asistieron 16, tan solo el 8% en su mayoría de izquierda.

Pero lo más decepcionante fue su discurso donde el 80% de sus primeras palabras NO fue para los mexicanos, sino para ese hombre que la llevó a la Presidencia, llenándolo de elogios y atributos. Esto es lamentable, y claro, no esperáramos una ruptura de Claudia con López Obrador, pero al menos un estilo y un vocabulario propio, decir con sus palabras lo que significa ese 2do. Piso, cuál es su compromiso real con los mexicanos a los que debe servir al margen de pertenecer o no a su partido, y a quienes desafortunadamente ignoró, dejándonos con un mal augurio con su grito final: ¡Viva la 4ª.transformación!

¿Cómo podemos estar contentos con éste cambio de gobierno, si Claudia es más de lo mismo? ¿Por qué es mujer? Creo que nacer mujeres no nos hace seres especiales ni privilegiados. Lo mismo se aplica al género masculino. La diferencia la hace, la calidad y coherencia de la persona.

Angélica Tarragó Rodríguez, concertista veracruzana escribe a Claudia Sheimbaum, lo que muchos mexicanos pensamos:

“Una mujer que tiene una dependencia, como la que usted tiene con su Jefe, no es un ejemplo de lo que es una mujer independiente y con convicciones. Usted no sólo no tiene convicciones ni opiniones propias, ni siquiera son suyas, sino del vejete traicionero y mentiroso de AMLO.

Usted se disminuye y degrada, al tratar de imitar, no solo la manera soporífera de hablar de ese señor, sino hasta tratar de imitar el acento tabasqueño. Usted es una persona que se ha traicionado a sí misma en su afán de poder, por eso no tiene ninguna fuerza. Repite discursos manidos y huecos, porque usted ya no es usted. Al decidir convertirse en una marioneta, usted es una víctima de sí misma.

Lo más vergonzoso señora, es que tiene una preparación que ni de lejos posee ese palurdo, ignorante y resentido, ante el cual usted se humilla y se somete. No, usted no es ejemplo de una mujer libre, dueña de sí misma y responsable de sus actos. No puede representar a una mujer que no se doblega ni se victimiza porque tiene dignidad.

Usted representa justamente aquello que ataca sin ninguna convicción: La sumisión al macho, la necesidad de poder, de sentirse importante y protagonista.

No señora, usted está a años luz de poder erigirse como un ejemplo para las mujeres. La realidad es que usted es un ejemplo de todo aquello que degrada y denigra a cualquier mujer. ¡Qué vergüenza!” ¡Mujer mexicana forja tu Patria!

*- La autora es consejera familiar.

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