Yolanda Sánches Ogás y la historia de Mexicali
En 2005, en el marco de la VI Feria Internacional del Libro UABC, Xóchitl Zambrano, la productora de Radio Universidad.
En 2005, en el marco de la VI Feria Internacional del Libro UABC, Xóchitl Zambrano, la productora de Radio Universidad, y yo entrevistamos al historiador Miguel León Portilla, quien era uno de los invitados principales a la misma. Para don Miguel, Baja California y principalmente Mexicali eran territorios bien conocidos por sus afanes de indagar en el pasado de nuestra península, por su vinculación con el Instituto de Investigaciones Históricas de nuestra máxima casa de estudios y por su apoyo a proyectos editoriales, como el Panorama histórico de Baja California (1983), que ayudó a hacer una realidad al enlazar los esfuerzos de los historiadores de la UNAM con los de la UABC, especialmente con David Piñera, nuestro historiador más reconocido ya desde entonces.
Durante la entrevista, que realizamos en la carpa principal de la feria del libro, en la sección de libros de la UABC, León Portilla fue generoso con su tiempo, afable como siempre. Lo primero que le preguntamos fue qué importancia tenía Mexicali, la ciudad capital del estado de Baja California, en la historiografía mexicana. Para don Miguel, “Mexicali tiene un significado enorme en la geografía y en la historia de México”, pues Mexicali es “la puerta de entrada con el macizo continental, la ciudad más septentrional de México, la que está más al norte; es un centro estratégico, que vincula a la península de Baja California con el resto del país, una metrópoli poblada por gente venida de los cuatro rumbos del mundo, muy pujante”.
Y al escuchar las palabras del mayor historiador mexicano de nuestro tiempo, yo pensaba en los muchos cronistas que le han dedicado su vida y obra, en esos mexicalenses que conocí cuando ya eran gente grande, con una trayectoria reconocida, como Adalberto Walther Meade, Celso Aguirre, Eduardo Rubio, Francisco Dueñas, Antonio Lomelí Cota, Pedro F. Pérez y Ramírez (Peritus), Enrique Estrada, entre muchos otros. Siempre vociferantes, siempre exponiendo sus verdades y tomando partido en acontecimientos y personajes, en el recuento de las cosas que nos marcan como comunidad fronteriza.
Otra pregunta que le hicimos tuvo que ver con la forma de contar la historia, con la manera de hacerla accesible. Su respuesta fue que “cuando se hace como un relato, como un cuento, como una maravilla atrae muchísimo a la gente. En el momento en que se presenta así como algo viviente, ¿cómo no nos va a interesarnos acercarnos a eso?” Por ello León-Portilla encomiaba la labor de los historiadores profesionales, como David Piñera y Aidé Grijalva, pero no olvidaba la gran aportación que daban, con su gusto por las crónicas de lo propio y lo asombroso, los cronistas locales.
Y entre esos cronistas de nuestra región quien más ha destacado en los últimos años es la cronista oficial del valle de Mexicali, Yolanda Sánchez Ogás. La futura cronista nació el 17 de julio de 1942 en Mexicali, en el barrio de Loma Linda y su interés pedagógico la llevó a convertirse en profesora normalista y en historiadora de nuestra región fronteriza.
En 1986 conocí a Yolanda Sánchez Ogás a partir de que habíamos presentado textos para un libro sobre las culturas indígenas de Baja California a la Secretaría de Educación y Bienestar Social (SEBS) de la entidad y los responsables decidieron que entre ambos armáramos una solapublicación. El resultado fue, después delargas conversaciones, el libro De tierrasmuy lejanas. La cultura indígena en BajaCalifornia, que fue auspiciado tanto por laSEBS como por el Instituto Nacional parala Educación de los Adultos. Desde el primer momento, Yolanda me impresionó porsu carácter decidido, sus conocimientoshistóricos sobre Baja California y su pasión por la defensa de los pueblos originales de nuestra entidad.
Y aquí es necesario considerar que,aunque las obras históricas de la profesora Yolanda son para el público en general,su trabajo en pro de la historia regionalno ha dejado de ser el de una maestra normalista que quiere incidir, empeñosamente, en la niñez y juventud bajacalifornianas. A esto habría que añadir que ha sidouna difusora y divulgadora, por medio deconferencias, simposios, presentacionesde libros, publicaciones, revistas, programas de radio y televisión y, en la actualidad, por las redes sociales, de todo lo queha sido Mexicali y su valle para la historianuestra. En Yolanda contamos con una recolectora de nuestro pasado como cosa viva, como voz de todos.
*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
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