¡Qué manera! La mitad del camino

Hacer un balance y una reflexión sobre la mitad de un periodo sexenal de Gobierno reviste complejidades y riesgos de no abarcar las diversas áreas y temáticas de la administración pública estatal.

No obstante, haciendo una evaluación sintética seleccionamos los ámbitos de la Política y Gobernanza, Seguridad Pública, Bienestar Social, Hacienda, Infraestructura y Desarrollo Económico, de la gobernadora, Marina del Pilar Ávila Olmeda.

La relación con los partidos políticos de oposición no ha incomodado, ni representa en este momento mayores riesgos, quizá en gran medida por los resultados electorales, al igual que los vínculos con los siete Ayuntamientos y con los poderes Legislativo, así como con el Poder Judicial.

Las situaciones más complejas se han dado con movimientos sociales como los maestros interinos y jubilados que demandan sus pagos, productores que piden acceso al agua y créditos, los que exigen la regularización territorial, vivienda y últimamente los burócratas y profesores que se oponen a una reforma a la Ley del Issstecali.

En la seguridad pública, las exigencias de dar resultados para serenar al " humor social” de intranquilidad es la prioridad no sólo en el estado sino en el país, principalmente por la ola de homicidios y desapariciones.

Una tarea integral que debe darse de manera urgente en dos vertientes paralelas, por una parte atacar las causas que a largo plazo nos permitirán tener mayor seguridad; y por la otra, en un corto plazo, combatir a los delincuentes a través de estrategias efectivas.

La coordinación de la Federación, el Estado y los municipios debe darse en los hechos y no sólo en la narrativa, así como las labores de inteligencia y la investigación policiales.

La Fiscalía y el Poder Judicial, en el ámbito de sus atribuciones y de su independencia deben avanzar tanto en la judicializacion y en reducir al máximo los patrones de impunidad.

Esa impunidad que lacera el sentido social, cuando alguien que comete un delito no es castigado y termina por desvanecer la confianza en la autoridad.

El manejo de las finanzas en sus principales indicadores de la recaudación y el gasto, el manejo de la deuda pública, la inversión pública en las obras de infraestructura, los llamados bonos verde y de género y los programas sociales dependerán del ejercicio responsable de la hacienda pública. Y hasta este momento corren con relativa tranquilidad, aunque la deuda pública sigue siendo un tema de intranquilidad.

Quizá la mayor prueba de fuego en este momento es además de la inseguridad, sobre todo en la llamada Zona Costa, también el sistema de pensiones y la sobrevivencia del sistema de salud y educativo con el manejo que le den a la anunciada reforma a la Ley del Issstecali.

En el rubro de la Infraestructura hasta el momento ha marcado una mayor diferencia frente a las dos anteriores administraciones --la de Kiko Vega y de Jaime Bonilla -- en las que prácticamente no hubo obra pública en la entidad.

Actualmente se han destinado más de diez mil 800 millones de pesos en los tres primeros años de gobierno en obras.

En materia del Desarrollo Económico las exigencias serán mayores ya que las inversiones del capital nacional y extranjero serán más disputadas y quizá más escasas en un contexto político-económico tanto de las recientes elecciones en nuestro país, las que se llevarán a cabo el 5 de noviembre en los Estados Unidos y la revisión del Tratado Trilateral de Libre Comercio (TLCAN), además del avance de las economías orientales particularmente de China y de Japón y de la Comunidad Económica Europea.

Un panorama complicado para los próximos tres años, pero que presenta posibilidades de mejora en cuanto se refuercen las áreas críticas de la administración estatal.

La verdad sea dicha.

*- La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.