Zona Sísmica
Finalmente, el pasado martes se cumplieron para México dos de complicados escenarios.
Martes negro
Finalmente, el pasado martes se cumplieron para México dos de complicados escenarios, cuyas repercusiones se empezaron a notar desde ayer: La aprobación de la mal llamada “reforma judicial” y el triunfo arrasador del republicano Donald Trump, quien a partir del 20 de enero del próximo año será de nuevo presidente de los Estados Unidos.
En cuanto al primer punto, el de la reforma judicial, en la sesión del martes, el bloque de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que defendía la inconstitucionalidad del despido de Jueces y Magistrados Federales para poner a otros por medio del “voto popular”, se topó con el esperado voto de las ministras oficialistas Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz.
Pero lo que les cayó como balde de agua helada a los ministros cuando el togado Alberto Pérez Dayán se puso del lado oficialista, para votar en contra del proyecto del ministro Juan Luis Alcántara Carrancá, donde consideraba parcialmente inconstitucional la reforma judicial.
De hecho, ya hubo quien comparó al ministro Pérez Dayán con el senador Miguel Ángel Yunes, quien traicionó a la oposición en el Senado para, con su voto, dar la mayoría calificada al oficialismo para aprobar precisamente la “reforma judicial” impulsada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Así que los votos de Norma Piña, Javier Láynez, Luis María Aguilar, Alfredo Gutiérrez, Juan Luis González, Margarita Ríos-Farjat y Jorge Mario Pardo no fueron suficientes para echarla abajo.
Ahora viene lo difícil, que será empezar de cero en los tribunales federales, desde la designación por “voto popular” del pueblo bueno y sabio, hasta poner al frente de la justicia a gente inexperta, como ya es el caso de la ministra Lenia Batres Guadarrama, quien se autodenomina “ministra del pueblo”.
EL REGRESO DE TRUMP
Por otro lado, viene Trump 2.0, quien ya desde su campaña para el segundo periodo en la Casa Blanca ha advertido y amenazado con imponer mano dura a México, en caso de no frenar la migración en los 3 mil kilómetros de frontera, pero no solo la de mexicanos hacia los Estados Unidos, sino de todos los latinoamericanos, africanos, asiáticos y europeos que usan al país como trampolín para llegar a la Unión Americana.
En este aspecto, Donald Trump ya dijo, y puede hacerlo, imponer altos aranceles a las importaciones mexicanas, si no se cumple con su petición, lo que representaría un duro golpe a la economía. Ya nada más se anunció su triunfo el martes y el dólar en casas de cambio de Baja California se fue a 20 pesos a la venta por unidad.
Aparte está el más que espinoso tema del narcotráfico, donde los gringos están concentrados en combatir el tráfico de fentanilo, que causa unas 100 mil muertes de adictos gringos al año.
En este caso Trump ya se puso más pesado, al sugerir que estaría dispuesto a usar al Ejército para bombardear a los cárteles de la droga en territorio mexicano.
De momento este es el panorama que se vislumbra para México para los próximos meses y años.
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