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La sumisión masiva

Esta semana se dio la polémica por la elección de Rosario Piedra Ibarra como Comisionada Nacional de los Derechos Humanos, o sea va a repetir en el puesto.

Cosme Collignon

Esta semana se dio la polémica por la elección de Rosario Piedra Ibarra como Comisionada Nacional de los Derechos Humanos, o sea va a repetir en el puesto. Todos los senadores de Morena, del Partido del Trabajo, del Verde Ecologista y los senadores esquiroles, 87 para ser exacto le dieron el apoyo que urgió el senador y ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.

Está la discusión en muchas columnas de todas las corrientes sobre esta designación de una mujer que para muchos fue la peor calificada y aun así le dieron el voto, que jamás mandó una recomendación al Ejército Mexicano por la violación de los derechos humanos en los cinco años que estuvo al frente de la CNDH.

Inclusive hay quienes señalaron como una traición a la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, sin embargo fue la propia mandataria que a mediados de octubre habló bien de Rosario Piedra Ibarra y su mamá, doña Rosario Ibarra de Piedra, fundadora de una de las primeras organizaciones de madres y familiares de personas desaparecidas, Eureka. Sheinbaum dijo “Tiene todo nuestro reconocimiento y respeto, pero ya la decisión de quien va a ser presidenta o presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pues corresponde al Senado de la República”.

Hay voces que dicen que Adán Augusto dictó la orden de votar por Rosario Piedra Ibarra por indicaciones del ex presidente, Andrés Manuel López Obrador, porque todavía gritan “es un honor estar con Obrador” y no “es un honor estar con Sheinbaum”. Claro que no existen pruebas contundentes como la grabación de una llamada telefónica, un correo electrónico o simplemente un mensaje por WhatsApp.

Quiero recordarles que en noviembre de 2006, en el Zócalo de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador fue investido como “Presidente Legítimo de México” por la entonces senadora Rosario Ibarra de Piedra quien le impuso una banda con el águila real con las alas extendidas. Se me figura, estoy imaginando, que doña Rosario Ibarra de Piedra le encargó a Andrés Manuel López Obrador a su hija Rosario Piedra Ibarra y por ello tras un fraude hace 5 años fue nombrada Comisionada Nacional de los Derechos Humanos y de nuevo, estoy suponiendo, haya enviado un mensaje a los senadores desde Palenque. Vaya usted a saber.

Rosario Piedra Ibarra fue la peor evaluada por los senadores de las comisiones unidas de Justicia y Derechos Humanos, eran los encargados del proceso de designación de la titularidad de la CNDH para el período 2024-2029.

Por supuesto que el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña avaló en todo momento a Rosario Piedra Ibarra y ataca a quienes hicieron crítica, “O sea, les molesta, les irrita, les indigna que ella continúe al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos porque, dirán lo que quieran, pero ha sido un cuadro comprometido con el proceso de transformación”. “En lo personal estoy convencido. Yo no tuve duda, no tengo duda, y al ver la reacción de la ‘fachiza’, me confirma mi convicción”.

Lo cierto es que muchos organismos defensores de los derechos humanos descalificaron el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra, argumentando que muchos de los datos que se dan de la actuación de la CNDH, ya que muchas de las recomendaciones de Piedra Ibarra corresponden a hechos ocurridos en otras administraciones y contra dependencias del sector salud y no del Ejército Mexicano. Si fue impuesta Rosario Piedra Ibarra por López Obrador o por Claudia Sheinbaun quedará pendiente, lo que sí es cierto de las tres finalistas fue la peor evaluada y eso no lo pueden negar los senadores sumisos al poder.

* El autor es Periodista independiente.

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