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Orar y luchar por México

Nuestro país, desde que llegó Morena al poder, se ha convertido en uno de los países más peligrosos para quienes valientemente hablan con la verdad.

Anita B.  de Ochoa

Nuestro país, desde que llegó Morena al poder, se ha convertido en uno de los países más peligrosos para quienes valientemente hablan con la verdad, periodistas, comentarista, medios de comunicación, y por supuesto pastores y líderes de la Iglesia. Esto sucede en regímenes comunistas, donde el presidente es un dictador que usa su poder para callar a quienes le resulte inconveniente. Lo vemos en Nicaragua, donde continuamente son expulsados o encarcelados sacerdotes, líderes, religiosas y recientemente un Obispo, solo por hablar con la verdad.

Por esta razón, es importante el valiente mensaje que Monseñor Ramón Castro y Castro, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano dirige a todos los mexicanos sobre la realidad que estamos viviendo como país, y de la que Morena es responsable:

“¡Cuántos asesinatos en México! Es la expresión de consternación que el Papa Francisco nos dirige, desde lo más profundo de su corazón para consolarnos y orar como Padre y Pastor con nosotros, sufrir a nuestro lado, y caminar cercano desde el dolor y el sufrimiento que ha generado tanta violencia. Si, ¡Cuanta violencia! Muerte de casi 30 sacerdotes, 200,000 homicidios dolosos, miles de desaparecidos, extorsiones e impunidad. Nuestro amado país está viviendo momentos y fenómenos alarmantes: La gravísima y sin control violencia en tantas ciudades, y estados de nuestro país, salpica de sangre a nuestros hermanos. Además el grande y grave endeudamiento del Gobierno Federal, es muy preocupante, el enredo jurídico y político al que se ha sometido al Poder Judicial y a los órganos electorales de la Nación, la incapacidad de tomar en cuenta dando el lugar que merecen las minorías, y los más pobres, causando tanto daño a nuestro querido México, son hechos que podemos constatar, que están destruyendo los pilares de nuestra Democracia, de nuestra República, de nuestro Estado de Derecho, de nuestra Constitucionalidad en valores cívicos elementales, como el compromiso de los gobernantes a hablar y saber escuchar, sin anteponer sus opiniones, e ideologías. Es urgente que oremos por México, para que Dios ilumine a nuestros gobernantes, les infunda un verdadero amor por el pueblo, sabiduría y prudencia para la toma de decisiones, llevando la verdad en sus palabras. Y que los mexicanos con todo su potencial, le demuestren a México que cuenta con nosotros, así como los creyentes contamos con Dios que está de nuestro lado y con la intercesión de la Virgencita del Tepeyac que tanto nos ama, nos cuida y ha hecho tanto por nosotros. Santa María de Guadalupe, salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y construye nuestra Nación”.

En una reciente entrevista que Monseñor tuvo con la Presidente Claudia Sheinbaum, le dijo valientemente: ¡Basta de abrazos es hora de aplicar la ley! Como también es hora de, además de orar, unirnos, participar, defender con valor nuestra Libertad. Quedarnos cruzados de brazos pensando que “alguien” va a venir a defendernos es una utopía cobarde; nos toca a los mexicanos sacar la casta por este país tan maravilloso al que nunca queremos ver como Cuba, Venezuela o Nicaragua, destruido, en ruinas, con hambre física pero sobre todo, hambre de libertad de nuestros niños y jóvenes, en la desesperanza, el caos, la enfermedad, el miedo y la muerte.

¡Mujer mexicana forja tu Patria!

*- La autora es consejera familiar.

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