La democracia no ha muerto
La corrupción gubernamental es el verdadero cáncer de la democracia.
La corrupción gubernamental es el verdadero cáncer de la democracia. Es el enemigo público #1 de nuestro país, pues todxs la identificamos, incluso somos víctimas y victimarios, pero, nos resulta complicadísimo contenerla y erradicarla. Se trata del instrumento perfecto de políticos, representantes populares, servidores públicos y gobernantes para lograr sus fines, los cuales se ajustan a intereses económicos y personales, para ello compran lealtades y generan acuerdos con empresarios y con todos los sectores de la sociedad.
En los cambios de paradigma que se viven actualmente con la sacudida que el gobierno de MORENA hizo a la administración pública federal y estatal, la narrativa de la Derecha se centra nuevamente en el fatalismo como su principal arma, como cuando advierte que con la reciente desaparición de los 7 órganos autónomos se murió la democracia, que viviremos en una tiranía y que somos un país comunista.
No, la Democracia no se ha muerto, porque no se circunscribe únicamente a la transparencia que un ente, por muy autónomo que se dicte, opera con la normatividad del acceso a la información. Porque con esta suposición fatalista podríamos decir que apenas desde hace 8 años vivimos en un país democrático. Sí, porque desde el 2016 opera la Plataforma Nacional de Transparencia, que es la principal herramienta para acceder a información de carácter público en nuestro país. Y esto se logró tras 11 años de reformas, demandas, críticas y presiones principalmente de periodistas y ONG’s.
La democracia no se muere, pero, sí se debilita. Hay países democráticos consolidados que carecen de órganos autónomos de transparencia, pero el problema para México es que se han creado órganos internos, comisiones legislativas, dependencias y fiscalias especializadas en combatir la corrupción, pero continua la corrupción y la impunidad en delitos de servidores públicos. Lo mismo pasa con la transparencia.
Ojo, no me malinterprete, estoy en contra de la desaparición del INAI, considero que sí es un retroceso para el avance en la rendición de cuentas. Estoy totalmente en contra. El gremio periodístico es el que más va a resentir su desaparición porque a través de solicitudes de información presentamos trabajos evidenciando la corrupción de gobiernos y autoridades.
Pero tampoco el INAI y el ITAIP son institutos que desde su estructura y comisionados garantizaron el pleno acceso a la información y generaron avances. En lo local, después de Octavio Sandoval el ITAIP se convirtió en un chiste y una cuota de poder del gobierno en turno. Hoy, el ITAIP es más marinista que el Congreso.
MORENA tuvo la oportunidad de hacer una reingeniería con órganos bien estructurados, sin excesos, con verdadera autonomía y, principalmente, con nuevos mecanismos eficaces de transparencia.
Nos preocupa desconocer el destino y operación de los 14 mil 459 millones de archivos de datos personales y de instituciones públicas, además de la responsabilidad que tendrán los siete mil 289 sujetos obligados de los tres órdenes de gobierno. Todo está en el limbo de la narrativa gubernamental 4T.
REFLEXIÓN EN VOZ ALTA: En BC quedó en evidencia el freno al Sistema Anticorrupción y el pésimo trabajo en la Secretaría de Honestidad. Como resultado de las dos administraciones más criticadas (Kiko y Bonilla), las sanciones fueron mínimas. Ni hablar de lo ausente de esta dependencia en asuntos cruciales de la administración pública. ¿Y así quieren operar la plataforma y el engranaje jurídico de la Transparencia gubernamental?.
*- El autor es periodista de Baja California.
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