La verdadera Navidad
Se acerca otra Navidad más, ¿cuántas hemos gozado desde que éramos niños?.
Se acerca otra Navidad más, ¿cuántas hemos gozado desde que éramos niños? De cada una guardamos diferentes recuerdos, de acuerdo a las circunstancias del momento, pero todas ellas han tocado nuestro corazón, sin poder descifrar el misterio ni la lógica en el aspecto humano, de esta maravilla, ya que siendo limitados, no nos cabe en la cabeza la razón de cómo un Dios, tan solo para mostrarnos su amor y conquistarnos se vuelve de carne y hueso, pequeño, pobre, indefenso, dependiente de sus padres, José y María, como cualquier bebito, para que todos tengamos la oportunidad de salvarnos.
La Navidad es un acontecimiento tan grande, que por ello, nos cuestiona, nos pone en nuestro lugar, sobre todo cuando empezamos a “creernos mucho” los exitosos, los chichos de la película, los más inteligentes del mundo y que por ende, pensamos, nos merecemos todo. Pero… al contemplar la sencillez del Niño Dios, y caer en cuenta que ese Dios, es el que sostiene el universo con su mano, el Todopoderoso, nos sentimos chiquitos, avergonzados e insignificantes ante Su grandeza. ¿Cómo entender a un Dios que solo por amor, se hizo el invitado a nuestro mundo, aceptó las reglas del juego para hacerse nuestro Padre, nuestro amigo y nuestro hermano?
Definitivamente, pareciera que Dios se volvió loco, si, loco de amor por ti, por mí, por cada uno de nosotros, y viene cada Navidad a recordárnoslo y ofrecernos su amor y con ello la felicidad, sin obligarnos, respetando nuestra libertad de aceptarlo o no, como el Señor y centro de nuestra vida.
Y cuando lo aceptamos, nos percatamos que la Navidad no es un solo día, su espíritu trasciende a todos los días del año, porque:
Cada vez que dos personas se entienden y se perdonan es Navidad.
Cada vez que mostramos paciencia y amor para el otro, es Navidad.
Cada vez que le hablamos de Dios a nuestros hijos, también es Navidad.
Cada vez que alguien decide ser honesto en todo lo que hace, es Navidad.
Cada vez que nace un niño es Navidad.
Cada vez que se respeta y auxilia a una persona anciana, es Navidad
Cada vez que dos personas se aman con un amor limpio, profundo y sincero, es Navidad.
Cada vez que vas a compartir el pan de tu mesa con quien no lo tiene, es Navidad.
Cada vez que una madre respeta la vida de su hijo en su vientre, es Navidad.
Porque NAVIDAD es Amor cada día, Paz todos los días, Caridad y Justicia todos los días, Comprensión y Respeto, todos los días, Amor a uno mismo, actitud positiva y amor a la vida todos los días. Es entonces cuando crece la Esperanza, nace la Alegría, y se instala la Paz. Nunca viviremos una verdadera Navidad, si conmemoramos solo una noche de amor y nos olvidamos de dar ese amor el resto del año.
Esta Navidad hagamos un alto, reflexionemos y cuidemos nuestros pensamientos, palabras, emociones y acciones para que nuestra vida sea una constante Navidad. Es el mejor regalo que podemos hacernos a nosotros mismos, a los demás y al Dios Niño que viene una vez más a pedirnos un amor que, primero con creces, ya nos demostró en la Cruz. ¡Feliz Navidad!
¡Mujer mexicana forja tu Patria!
*- La autora es consejera familiar.
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