Cocinero Chino = Estela de Luz
A la nula planeación y visión integral de nuestros gobiernos y autoridades en el diseño de Mexicali.
A la nula planeación y visión integral de nuestros gobiernos y autoridades en el diseño de Mexicali como una ciudad metropolitana, ahora le tenemos que sumar un fiasco o problema más: el monumento al Cocinero Chino, que se edifica con recurso público, retrasos y desaprobación ciudadana en la Zona Centro.
Por mucho que queramos a esta ciudad fronteriza llena de oportunidades y con características únicas, tenemos que aceptar que es un rancho urbanizado que creció de forma anárquica por el desarrollo industrial e inmobiliario; sí, por las maquilas y las desarrolladoras de viviendas, primordialmente, pero, con el ingrediente perfecto para que se logre una combinación que impera en la mayoría de las ciudades mexicanas: las omisiones, fallas e intere$es de gobiernos municipales y estatales que fácilmente se traduce en CORRUPCIÓN.
Lo preocupante es que en las dos últimas décadas, a nuestros gobernantes cachanillas emanados del PAN, PRI y ahora MORENA, se les dio por pagar con recursos público sus ocurrencias con la justificación de embellecer a Mexicali, obviamente sin consultarle nada a la ciudadanía, ni siquiera a través de foros o asambleas, mucho menos mediante consultas ciudadanas como el plebiscito.
Mexicali se llenó de ocurrencias con espacios “donados” por empresarios y políticos afines al partido o administración municipal y estatal en turno.
El lopezobradorismo fue quien más criticó al monumento “Estela de Luz”, que Calderón construyó en 2010 en Paseo de la Reforma de la CDMX, cuyo costo fue proyectado en 398 millones pesos y terminó en 1 mil 304 millones de pesos. Es considerado el monumento a la corrupción del Calderonismo.
Casi tres lustros después, tenemos en Mexicali el simil de la Estela de Luz: el Cocinero Chino, una ocurrencia de un pequeño grupo (pero el más poderoso político y económico) de empresarios chinos y del gobierno marinista, que hicieron de un cuadrante de la Zona Centro, una especie de Viejo Cantón mexicalense. Mientras China le apuesta a la vanguardia nosotros a la Chinesca de los años 20 del siglo pasado.
Las ocurrencias gubernamentales nunca vienen acompañadas de un programa o política pública, menos si se trata de visiones culturales de políticos trasnochados. En Mexicali tenemos la obra al “Amor” de la Plaza Centenario, la escultura “El Impulso” de la Glorieta Sánchez Taboada y el Obelisco del Centro Cívico, entre otras.
¡Ojo!, mi crítica no es a lo artístico, pues no soy crítico de arte y estoy convencido que los artistas no tienen la culpa, incluso conozco bien a varios que han participado en estas ocurrencias gubernamentales. Mi crítica está centrada en el carente conocimiento básico de administración pública de nuestras autoridades, quienes no dan un soporte más allá de los administrativo para que este tipo de monumentos no terminen en una atracción para “selfies” o para que políticos pongan sus nombres en placas conmemorativas.
Al igual que la Estela de Luz, el Cocinero Chino pasará a la historia como un fiasco administrativo, político y cultural con un gasto de 6.5 millones de pesos y tiene (hasta el momento) 7 meses de retraso.
Sin duda alguna, el “Cocinero de Luz” no representa la resistencia de la comunidad China en Mexicali, ni el intercambio cultural entre ambas comunidades, tampoco dejará algún legado cultural o un espacio para concentraciones públicas, simplemente representa un monumento más a la espontaneidad gubernamental.
REFLEXIÓN EN VOZ ALTA: ¿Cuánto costará y quién pagará el mantenimiento del Cocinero Chino?. ¿Qué pasará cuando feministas le hagan iconoclasia?. ¿Será el monumento más vigilado de la ciudad para evitar intervenciones del espacio público de la sociedad?
*- El autor es periodista de Baja California.
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