B.C. se mueve

Desde hace más de 30 años en los diferentes municipios de Baja California, sus ciudadanos se han movilizado por diferentes causas y factores que lo han determinado.

Puede ser una cuestión de carácter político electoral, la inseguridad, las afectaciones directas hacia su microeconomía, como son incremento en las tarifas de la energía eléctrica, de los servicios públicos, gasolina.

Los factores que han determinado movilizaciones sociales desde hace más de tres décadas en Baja California están circunscritos a diversas condiciones como son Impacto en la economía a micro escala, afectaciones en sus bolsillos, polarización ideológica; sensación de inseguridad; sensación de incertidumbre y pérdida de confianza en la autoridad.

Cada uno de los municipios de Baja California, ha tenido un comportamiento diferenciado a la hora de realizar concentraciones sociales,

A finales de los 80′s, principios de los 90′s, Ensenada salió de un letargo político electoral a través de las urnas, llevando a primeros alcaldes de partidos diferentes al PRI, tanto de las alas socialistas como de la llamada derecha, como el caso de Ernesto Ruffo, quien posteriormente se catapultó como el primer gobernador opositor al partido tricolor.

Pero sin lugar a dudas el municipio que más ha generado movilizaciones sociales de la ciudadanía, que han tomado las calles e incluso siendo un ejemplo nacional ha sido Mexicali, es la capital del Estado.

Finales de los ochentas principios de los noventas fue de tendencia nacional su salida a las calles y la toma de las vialidades en contra de la Comisión Federal de Electricidad, por sus altos cobros.

Durante una visita del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, se hizo una concentración en el Centro Cívico, en la plaza de los Tres Poderes, siendo gobernador entonces el panista, Ernesto Ruffo. Salieron a reclamar la insensibilidad de la paraestatal.

Luego de la creación de una nueva tarifa, la 1F, que ampliaba la cantidad de KW para incrementar el subsidio de la “luz”, bajaron las movilizaciones sociales y la toma de calles en la capital bajacaliforniana.

Posteriormente, en el 2017, se dieron las multitudinarias manifestaciones en contra de la Ley Estatal del Agua, en contra del reemplacamiento, así como de las Asociaciones Público Privadas y los llamados gasolinazos, en donde se tuvo la participación de alrededor de 60.000 personas en algunos de sus mítines, porque fueron varios.

Manifestaciones que, sin lugar a dudas, marcaron un hito en la historia de movilizaciones sociales realizadas en Baja California, y que a su vez también determinaron la salida del panismo en el gobierno del Estado.

Además, han sucedido otras movilizaciones sociales más recientes, el año pasado se dieron expresiones micro comunitarias, tanto en la zona de la delegación Progreso, como en los llamados pueblas, en donde se dieron los cierres de calles ante las afectaciones generadas por los famosos apagones, que generaron también una intensa concentración de la población de dichas zonas, siendo una expresión netamente comunitarias, sin ningún tipo de liderazgo político alrededor de estas.

Y para cerrar lo que ha sido una tradición social de expresiones, en el caso de la capital de Baja California, se dió el domingo pasado una concentración en la subdelegación de Recaudación de Rentas del Centro Cívico en la capital Baja California, donde se rechazó el reemplacamiento.

El mismo domingo los organizadores anunciaron un nuevo mitin que se realizó el pasado viernes.

Pero en esos días intermedios el gobierno del Estado anunció un descuento del 80 % en el reemplacamiento y el regreso del dinero a los mil 200 personas que habían cambiado sus láminas.

El viernes la asistencia cayó considerablemente y los mismos organizadores del evento aceptaron que la gente se conformó con los anuncios de la gobernadora, Marina del Pilar Ávila.

Lo cierto es que en B.C. desde siempre ha habido un espíritu de lucha y un no a la imposición

La verdad sea dicha

*- La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.