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Un santo de nuestro tiempo

Estamos en un mundo al revés.

Anita B.  de Ochoa

Estamos en un mundo al revés. Lo bueno hoy se considera malo, y lo malo, pasa a ser bueno. Defender el honor, la verdad, la vida, ir contra corriente, es un peligro con serias consecuencias, por lo que, se necesita valor para ser coherente.

Uno de ellos es Jorge Serrano Limón, Líder Nacional del Movimiento pro vida, quien hace unos días partió a la Casa de nuestro Padre Dios, donde seguramente recibirá la recompensa a su noble, valiente y valiosa labor. Quienes tuvimos el gusto de conocerlo, nos dimos cuenta de la pasión con la que defendía la vida de los no nacidos. Era consciente de lo difícil que era enfrentar a las mafias pro muerte, como él les llamaba, dispuestas a todo para atacar a los defensores de la vida. Nos animaba a seguir en la lucha sin engañarnos, asegurándonos que lo que nos esperaba era la Cruz a imitación de Jesús, una cruz de persecuciones, ataques, incluso cárcel, pero al final como Cristo, también de Resurrección.

Decidir por la vida, es defender el corazón de toda mujer embarazada, a la que muchas veces las circunstancias adversas la confunden y ven al hijo, no como una bendición, sino como un problema. Para ayudarlas a pensar con claridad, Jorge logró abrir más de 100 Centros de Ayuda a la Mujer (CAM), en México y otros en América Latina. Compró también unidades móviles que instalaba afuera de los abortorios, donde hacían ultra sonidos a las chicas embarazadas. Una vez que veían a su bebé o escuchaban su corazón, muchas se arrepentían y no entraban a realizarse el aborto. Una excelente herramienta que salvó muchas vidas. Cuando los directivos de las clínicas se daban cuenta, los atacaban, insultaban y llamaban a la policía.

Pero las mafias, no se conformaban, querían la cabeza de Jorge Serrano, por lo que lo auditaron varias veces, tratando de encontrar fuga de recursos, sin lograrlo. Fue la factura de una pantaleta que metieron a gastos que, una mujer muy pobre fue a comprar, lo que desató un feroz ataque en los medios, acusando de corrupto a Jorge Serrano para encarcelarlo por este motivo. Salió sin ningún cargo, pero siguió sufriendo difamaciones, ataques a su familia, le quemaron su casa, su carro y los de su familia, pero nada ni nadie lo hizo claudicar. Afirmaba que con un solo bebé salvado, quedaba bien pagado su esfuerzo.

Cuando una mujer, por la razón que sea, decide optar por el aborto pensando en que con ello soluciona su “problema”, se equivoca. Ahí es cuando se inicia, porque jamás podrá superar haber contribuido al asesinato de su propio hijo, un bebé inocente con todo el derecho a vivir. Esto las marca para siempre. El síndrome post aborto no les permitirá ser felices.

El aborto es el crimen más aberrante e injusto, porque quien muere no puede defenderse, siendo además, uno de los negocios más lucrativos, ganancias millonarias con sangre inocente.

Si queremos erradicar la violencia paremos los abortos, exijamos leyes, educación y medios que dignifiquen a la mujer, que no sea un objeto de úsese y tírese como hasta ahora. Que Jorge Serrano desde el cielo, interceda ante el Padre y nos siga impulsando a defender la vida de los más inocentes e indefensos.

- La autora es consejera familiar.

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