¿Estaremos ya cerca del fondo?

En todos los países del mundo, las drogas y su adicción a ellas es el problema de carácter social, que está modificando de manera real, la convivencia, el desarrollo y crecimiento natural de las comunidades. Tanto si eres consumidor, distribuidor local o internacional de estos enervantes ilegales, formas parte del grupo que está agrediendo a la sociedad de manera constante y grave. De ser un conflicto específico que dañaba a ciertas familias en las poblaciones, se convirtió en el gran problema social que padecemos todos. Si tu familia posee la suerte de no tener un miembro adicto a las drogas todavía, aún así, está siendo agredida por el consumo, distribución y el mercado de los estupefacientes. La repercusión no afecta únicamente a las familias, son los países en general los que son agredidos día con día por este flagelo de la humanidad. En su afán por controlar la oferta y demanda, el crimen organizado de manera agresiva, pero también con la perspectiva de las economías de mercado, utiliza cualquier método para irse apropiando de la distribución y comercialización local e internacional. Para obtener ese objetivo, formaliza adhesiones, alianzas y hace equipo con cualquier otra fuerza nacional o extranjera, para convertirse en la fuerza del narcotráfico mundial. Por consiguiente, son generadores de violencia.

Para desgracia de las sociedades, el sector de las fuerzas policíacas, que es fácil de corromper, está en plena decadencia y con nulo reconocimiento social. En la ciudad de Ensenada, 8 elementos de la policía municipal están siendo investigados por su presunta participación en la desaparición forzada de 5 personas. Los hechos sucedieron en el Valle de Guadalupe. Posteriormente, en una de sus acciones las Madres Buscadoras de San Quintín, encontraron una fosa clandestina con los restos humanos pertenecientes a las personas desaparecidas. Ya hay seis policías presos y dos prófugos. Los delitos de funcionarios siguen sucediendo en todo el país.

En Tecate, fueron dados de baja 120 agentes de la policía municipal, por haber reprobado los exámenes de confianza, dejando solo 80 agentes en servicio, que siguen cometiendo abusos de autoridad. En el estado de Morelos, el exgobernador y ahora diputado federal, Cuauhtémoc Blanco, es acusado de intento de violación a su cuñada, sin embargo, no procede su desafuero para juzgarlo, porque tiene el apoyo total de Morena. En Jalisco, el campo de entrenamiento del crimen organizado donde se dice se entrenaba a sicarios, se cremaban cadáveres y se desaparecían personas, ahora se le quiere hacer aparecer como un asunto que ataca al Gobierno Federal, y no como un campo de extinción.

Por lo anteriormente relatado, podemos observar que los asuntos son absurdos y no deberían estar pasando. En todos los casos hubo evidencias que, por lógica elemental, debieron ser atendidas e investigadas para que los delitos no ocurrieran. No obstante, el valemadrismo y la falta de un compromiso real con las instituciones, posibilitaron los delitos. Las sociedades no producen la corrupción, los individuos sí. Los sucesos aquí relatados tienen actores reales, y los delitos cometidos por ellos deben ser perseguidos y castigados. Sin embargo, siendo el aparato judicial un ente con un alto grado de corrupción, pensar en que podremos algún día eliminar la violencia y la delincuencia, suena a mera fantasía. Cuando los delincuentes son las personas encargadas de procurar la justicia, proteger a los ciudadanos y conservar la paz, y son ellos quienes violan las leyes, entonces tenemos un país viviendo en el fango, sin posibilidades de lograr la tranquilidad, la paz y el respeto al orden establecido. México tendrá que recorrer una ruta larga, sinuosa y llena de fatalidades, antes de poder comenzar a ver la luz al fondo del túnel. Esperemos que nuestras familias no sean tocadas por la violencia y las fatalidades. Vale.

* El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.