Zarabanda: una novela de magos y hechiceras y caballeros andantes-I
Entre las distintas rutas narrativas que practico como autor mexicano.

Entre las distintas rutas narrativas que practico como autor mexicano, rutas que abarcan desde la novela policiaca, fronteriza, histórica, fantástica y de ciencia ficción, una de las que más disfruto escribir es la novela de fantasía épica al estilo de El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien o Un mago de Terramar de Ursula K. Le Guin. Hacia 1998 empecé a crear la trilogía de Thundra, tres novelas bajo los títulos de Orescu la voz, Orescu la sangre y Orescu la luz. Fueron publicadas en el año 2000 por la editorial mexicana Times y luego fueron vueltas a editar en un solo tomo por la editorial Lectorum en 2018. A este ciclo novelístico lo considero como pionero en la fantasía épica escrita en México y, posiblemente, en toda Hispanoamérica.
Ahora bien, lo fantástico no apareció en mi obra con esta trilogía: a principios de los años ochenta del siglo pasado comencé a escribir cuentos de este género, influenciado tanto por H. P. Lovecraft como por Roger Zelazny y Stepehen King. En 1988, gracias a la Dirección de Asuntos Culturales del gobierno de Baja California, pude publicar La isla de los magos, una novela cortita que mezclaba ciencia ficción y fantasía. Como ven, mi interés por esta literatura viene desde que era adolescente y compraba, como estudiante de medicina en Guadalajara, los libros de las editoriales Minotauro y Acervo, donde destacaban escritores como Anne McCaffrey, Ray Bradbury e Italo Calvino. Y me aventuraba en obras llenas de historias que ocurrían en reinos medievales donde los prodigios de la imaginación eran parte de la vida cotidiana. Antes de que este género se hiciera tan popular con autores como George R. R. Martin, Brandon Sanderson, Andrzej Zapkowski, Joe Abercrombie o Naomi Novik, la fantasía y sus mundos maravillosos –y no únicamente maravillosos sino también siniestros y temibles- se hizo presente en mis lecturas como una narrativa no sólo estimulante sino creativa en sus propuestas, en sus relatos, en sus personajes de caballeros –y damas- andantes que buscaban componer el mundo sin importar los riesgos que esa conducta involucraba.
En 2008 tuve la idea de otra historia de fantasía épica, a la que titulé Zarabanda. Empecé a escribirla pero no pasé de las primeras cien páginas. Trataba de un par de niños-adolescentes que, debido a una terrible amenaza que se cernía sobre su pueblo, tenían que escapar del mismo y buscar algún remedio para enfrentarla. No pude seguir porque no encontraba una trama que implicara dos visiones que se me aparecían al escribirla: un pueblo de criaturas como nubes y un bosque no de plantas sino de animales enraizados a la tierra. El mundo que quería relatar ya estaba listo, pero la historia que surgiría de tales conflictos aún me parecía borrosa y sin asideros que pudieran impulsar su trama a niveles épicos.
Durante los años siguientes volví una y otra vez al manuscrito de Zarabanda sin poder avanzar. Sólo a finales de 2021, principios de 2022, descubrí la solución: volver acomenzar la historia, en el mismo mundo, con otros personajes, estos ya no niños sinoadultos, enfrentando la misma amenaza. Lo único que faltaba era unir ambas tramas en una historia mayor, que me permitiera tanto expandir el horizonte narrativo como describir las distintas regiones que lo conformaban. Eso hice y la escritura avanzó sin contratiempos hasta que terminé la novela. El siguiente paso fue encontrarle una casa editorial que se atreviera a publicar un manuscrito de cerca de 600 páginas.
Tuve la suerte de que uno de los primeros lectores de mi trilogía de Thundra fuera un entusiasta practicante de la novela de aventuras maravillosas: el escritor Benito Taibo, quien me sugirió que enviara Zarabanda a editorial Planeta. Eso fue lo que hice. Después de leerla y aprobarla, terminó siendo publicada por esta conocida casa editorial en junio de 2024. Para que todo esto ocurriera, buena parte de 2023 y la primera mitad de 2024 me la pasé trabajando con una lectora (Montserrat Flores Castelán) y una editora literaria (Marielo Regina Polo Chávez) capaces de hacerme ver nuevas posibilidades a la trama de mi novela. A ellas agrego el trabajo de diseño e ilustraciones que realizara Horacio Sierra Jardines, que ha ofrecido una impactante portada de primer orden. Que eso es Zarabanda: una fantasía medieval, una novela de aventuras en un escenario épico. ¿Les interesaría disfrutarla?
*- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
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