Inteligencia artificial y humanidad

Si hay algo sorprendente en este tiempo que estamos viviendo, es la Inteligencia Artificial. Vemos cómo cobran vida, fotos, pinturas, estatuas, se mueven, sonríen, imágenes que muestran, si somos adultos, como fuimos de niños, y los niños cómo serán de adultos, un sin fin de efectos incluyendo por supuesto, robots perfectos, programados para hacer cualquier cosa… Y muchos se preguntan ¿Nos llegará a suplir la Inteligencia Artificial?

En una conversación pública, seguida por millones de televidentes, Keanu Reeves, actor, conocido por sus papeles icónicos en el cine, su sabiduría, humildad y profunda comprensión de la existencia humana, y Elon Musk, visionario magnate de la tecnología, se enfrentaron para discutir uno de los temas actuales de nuestro tiempo: El futuro de la inteligencia artificial, la creatividad y conexión humana. Cuando los dos hombres se sentaron uno frente al otro, Musk conocido por sus audaces visiones de colonias en Marte, y un futuro impulsado por la inteligencia artificial, habló sobre la necesidad del avance tecnológico para salvar a la humanidad. Reeves en cambio, ofreció una perspectiva más tranquila y reflexiva.

Cuando se le preguntó a Musk si la inteligencia artificial superaría la creatividad humana, respondió inequívocamente: Tarde que temprano. Las máquinas crearán arte, compondrán música y contarán historias mejor que nosotros. La cámara se dirigió a Keanu Reeves, quien después de respirar profundamente dijo: “Pero, ¿sabrá alguna vez una máquina lo que se siente al extrañar algo o a alguien? La creatividad nunca viene del cálculo, sino de la experiencia, del dolor, del amor y la esperanza”. Esta frase simple pero profunda, resonó en el estudio, mostrándonos una gran verdad:

La inteligencia artificial, jamás podrá crear nuestra esencia, lo que llamamos ALMA, el toque de Dios en el momento de la concepción de cada ser humano, únicos, irrepetibles e insustituibles, dotados de inteligencia, voluntad y libertad, capaces de decidir, crear infinidad de cosas, arte, música, pintura, escultura, pero sobre todo capaces de amar, perdonar y ser felices.

Habremos de recordar esta gran verdad, en especial esta semana, llamada Semana Santa, y lo es, al acercarnos al misterio de la Cruz. Lo que hace más de dos mil años vivió Jesús, su calvario, sufrimientos, desprecios y dolor por nuestras faltas y pecados que lo llevaron a dar su vida en la Cruz, donde por amor, a ti, a mí, y a cada uno, derramó hasta la última gota de su sangre, y con ello, respetando nuestra libertad, darnos la oportunidad de salvarnos y estar con El toda la eternidad….

¡Esto es lo verdaderamente importante en nuestra vida ¡ La inteligencia artificial nos apantalla, nos sorprende, pero nunca nos podrá reemplazar porque le falta lo esencial: Haber sido creados por Dios, con un propósito específico para cada uno: Aprender a amar y con ese amor, buscar la Verdad, esa Verdad con mayúscula que es el Señor Jesús que no solo murió sino que resucitó y está Vivo, presente en cada Eucaristía, esperando con infinito amor y paciencia que lo reconozcamos, le amemos y le entreguemos nuestras vidas, nuestras alegrías, nuestras tristezas, en una palabra nuestra Cruz. Esa, que El ya cargó y abrazó, muriendo con un amor tan grande capaz de exclamar: ¡“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”!

¡Mujer mexicana forja tu Patria!

*- La autora es consejera familiar.