Niños felices
Pedro Fernando, el nieto más pequeño de María, de un año, salió junto con sus hermanos y primos a recoger su cobija, en la que una de las personas que llevó sus cobertores a las instalaciones de LA CRÓNICA colocó un pequeño gorrito del personaje del Chavo del Ocho.
Inmediatamente el niño tomó el pequeño paquete de la cobija para tomar el gorrito y comenzar a jugar con los demás pequeñines que se encontraban en su casa.
Otra de las sorpresas se vivió con la familia Carrera, de la colonia Santo Niño, quien comenzó a habitar su hogar desde hace unos meses, pero no cuenta con ningún servicio.
Tras dejar su vivienda deshabitada unos días les robaron el cableado, los muebles y hasta las puertas de su domicilio, dejándola casi sin pertenencias para enfrentar las bajas temperaturas durante el invierno.
“No puede ser, parece que se dieron cuenta, casi no teníamos cobijas, nada más unas para los niños, se llevaron todo, uno no puede dejar nada aquí en la casa sin que se lo lleven”, expresó.
Por su parte el señor Reynaldo Ortiz Madrigal se encontraba en su hogar, el que está construido de maderas completamente. Sus muros estaban recubiertos de algunas cobijas, para evitar que el frío se filtrara de entre las paredes delgadas
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