¿Cuáles son los últimos niveles del Mictlán y qué se encuentra en cada uno?
Una vez que han pasado los nueve niveles, el muerto está listo para entrar al Mictlán
El 1 y 2 de noviembre tuvieron lugar una de las celebraciones más tradicionales de México: el Día de Muertos. Esta celebración forma parte de la cultura mexicana, esta llena de simbolismo y creencias que honran a los que ya no están. Es por eso que nos dimos la tarea de contarte acerca sobre los nueves niveles del Mictlán.
En artículos anteriores, te explicamos los primeros niveles del Mictlán. Recordemos un poco: el primer nivel es conocido como Itzcuintlán, que significa “lugar donde habita el perro”, mientras que el segundo se llama Tepectli Monamictlan, “el lugar de los cerros que se juntan”. El tercer nivel es Iztepetl, “montaña de obsidiana”, y el cuarto nivel es Itzehecáyan, que significa “el lugar del viento de obsidiana” o “lugar donde hay mucha nieve” y el quinto nivel del Mictlán es Paniecatacoyan,
Después de este breve repaso, es momento de hablar del sexto, séptimo, octavo y noveno nivel.
El sexto nivel es Timiminaloayan, que significa “lugar donde te flechan saetas”. En este lugar, los muertos deben cruzar con cuidado, ya que, ocultas en la oscuridad, había miles de manos invisibles que lanzaban flechas. El reto era evitar ser alcanzados para no derramar sangre y así poder avanzar al final.
El séptimo nivel se llama Teocoyohuehualoyan, que significa “lugar donde te comen el corazón”. Aquí reside Tepeyóllotl, dios de las montañas, los ecos y los jaguares. Según la leyenda mexica, en este lugar habitan fieras salvajes que abren el pecho de los muertos y les arrancan el corazón.
En los últimos niveles antes de llegar al descanso eterno, las almas deben cruzar el octavo nivel, donde las espera un enorme río de aguas negras. Los muertos, ya sin corazón, deben luchar para no caer en las profundidades y dejar atrás todas sus penas para poder avanzar.
Finalmente, en el noveno nivel es Chicunamictlan, “el lugar donde se tienen nueve aguas”. En este sitio, las almas enfrentan una espesa neblina que no les permite ver nada. Aquí deben reflexionar sobre las decisiones buenas o malas que tomaron en vida y buscar su redención.
Una vez que han pasado los nueve niveles, el muerto está listo para entrar al Mictlán y recibir la bienvenida del Señor de la Mansión de los Muertos: “Han terminado tus penas, vete, pues, a dormir tu sueño eterno”. Tras estas palabras, lo que quedaba de los muertos se disolvía en la nada.
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