Brigada de Búsqueda de Desaparecidos reúne a madres buscadoras en BC
La búsqueda en vida y campo se llevó a cabo durante el lunes y martes en la capital bajacaliforniana

La sexta Brigada de Búsqueda de Desaparecidos en Baja California reunió a cerca de 200 madres buscadoras y familiares de desaparecidos para realizar operativos de búsqueda, tanto en vida como en campo, en Baja California, y en Mexicali se llevaron a cabo estos operativos durante el lunes y martes.
A muchas de ellas las trae la esperanza de haber escuchado rumores de que sus hijos o familiares han sido vistos en situación de indigencia en una de estas ciudades fronterizas en el estado. Otras más por solidaridad, para ayudar a encontrar a los ausentes.
Caminan con lonas, carteles y hojas impresas con los rostros de sus hijos desaparecidos, los datos generales para reconocerlos, así como la fecha y el lugar en donde fueron vistos por última vez. Las sostienen todo el tiempo con sus manos, como sostienen la esperanza de encontrarlos.

Otras más, con varillas, picos y palas en mano, salieron a puntos de interés en el valle de Mexicali para intentar encontrar fosas clandestinas, restos humanos o indicios de cadáveres que son tratados de ocultar, potencialmente, para retrasar una futura investigación por homicidio.
Los esfuerzos en esta brigada de búsqueda, que inició el pasado 20 de abril y se contempla para concluir el próximo 5 de mayo, no se detuvieron, a pesar de contratiempos, como la momentánea negativa del Sector Salud para brindar acompañamiento con médicos a las madres y personas buscadoras, que para este martes ya había sido resuelta.

“Tengo la esperanza de encontrarlo aquí”
Esta es la tercera vez que Elizabeth Mancha, originaria de Tampico, Tamaulipas, forma parte de la Brigada de Búsqueda de Personas y visita Baja California. En cada visita, encuentra indicios de su hijo y la esperanza de encontrarlo con vida.
Axel Mauricio Martínez Mancha, hoy de 30 años, fue visto por última vez en diciembre del 2022, y su madre cree que intentó cruzar a Estados Unidos. En cada visita a este estado, le han comentado que lo han visto deambulando.
“Es la tercera vez que vengo y volveré las veces que sean necesarias; he ido a distintos estados y los únicos indicios que tengo es que estuvo en Baja California”, señala.
Antes de su desaparición, él radicaba en Toluca, pero le dejó claro a su madre que intentaría cruzar a Estados Unidos para buscar una vida mejor. “Para mí la esperanza permanece viva, y mientras no tenga un cuerpo, lo seguiré buscando”, dice.
“Esto (su desaparición) nos ha impactado en muchos sentidos, es algo que trastorna todo el entorno familiar, de amistades, de trabajo; la economía familiar se desploma por completo, pero eso no va a ser impedimento para que yo siga buscándolo”, asegura.

Del rancho Izaguirre, a BC
Hasta hace no mucho, Emma Alvarado estuvo entre las madres buscadoras que ingresaron inicialmente al infame rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, ese que se debate aún entre la sociedad civil y el gobierno y sus simpatizantes, si fue o no un campo de exterminio.
Hoy visita de nueva cuenta Baja California para buscar a su hijo Erick Javier Plascencia Alvarado, desaparecido desde el pasado 5 de junio de 2020, en Puerto Vallarta, Jalisco.
En la brigada de búsqueda del año pasado, tuvo indicios de que su hijo había sido visto en situación de calle en los municipios de Rosarito o Ensenada. En aquella ocasión logró encontrar a un hombre muy parecido a su hijo, pero no era su Erick Javier.
“También me han dicho que al parecer estuvo internado en un centro de rehabilitación, pero nada confirmado de momento (...) él no se hubiera ido por su voluntad, si sigue aquí, es porque está en riesgo, tiene cuatro hijos, dos ya universitarios y una niña pequeña”, precisa.
Su camioneta, añade Emma, fue captada por cámaras de fotomultas en Zapopan, Jalisco, el año pasado, y no se le detuvo o interceptó, a pesar del reporte de desaparición del dueño, su hijo.
Padre buscador
Don Pánfilo Reveriano Garzón Nazario se unió a la Brigada de Búsqueda el pasado viernes. Antes de eso, a pesar de su avanzada edad, buscó por su cuenta a su hijo Enrique Garzón Campuzano.
La última vez que supo de él, había sido detenido y encerrado por faltas administrativas, luego salió a las 48 horas y fue visto por última vez en las inmediaciones de la colonia Televisora, el pasado mes de octubre de 2024.
“Sé que está vivo, sé que vive; me han dicho que lo han visto en el Centro Histórico, en el parque del Mariachi, pero hasta ahora lo sigo buscando”, comenta.
Con sus recursos y a su entender, también acudió a Tijuana a buscarlo, pues le habían dicho que tal vez allá lo habían visto. “Salí a buscarlo yo solo, por mi cuenta, sin apoyos, ni siquiera de familiares”, dice. “He dejado muchas hojas con su foto y mi número de teléfono, espero que alguno me llame”.

“¿Lo has visto?”
Durante el primer día de búsqueda en vida, un grupo de madres y personas buscadoras recorrió diversos centros de rehabilitación, con la esperanza de que alguno de los internos hubiera visto a sus familiares desaparecidos.
En uno de ellos, El Hijo Pródigo, al poniente de Mexicali, la brigada llegó cuando una mujer, entre llanto, dejaba internado a su hijo, quien también lloraba al despedirse de su mamá.
En la sala de reuniones, donde los internos escucharon a las madres buscadoras, una de ellas les dijo con voz trémula de la emotividad: “Ojalá supiera del mío, de dónde está. Valoren esta oportunidad y aprovéchala, aprovechen que tienen una madre que se preocupa por ustedes y que ella sabe dónde están”.
Antes de mostrarles las fotos de sus hijos desaparecidos, les dijo: “Tóquense el corazón, y cualquier dato que nos ayude a saber dónde están nuestros hijos, se los vamos a agradecer con toda el alma”.
Este martes acudieron a la zona del ferrocarril y el Centro Histórico, con consignas, colocando fichas de búsqueda con los rostros de sus hijos, pidiendo la atención de la gente o con quien quisiera escucharlos. Antes del inicio de la jornada del martes, realizaron un pase de lista de sus desaparecidos, la cual cierra con un “porque solo nosotros los encontramos”.
Búsqueda en campo
Además de la búsqueda en vida, otro grupo de integrantes de la Brigada de Búsqueda se dirigió al ejido Netzahualcóyotl para llevar a cabo una búsqueda en campo.
Escoltados por agentes de corporaciones municipales, estatales y federales, los brigadistas realizaron un rastreo en la zona desértica de dicho ejido, donde hace unos meses fueron hallados cuerpos inhumados.
Hasta este martes por la tarde, no se tenían noticias oficiales sobre los resultados de las búsquedas. A partir del miércoles, la Brigada de Búsqueda se traslada a San Felipe, para realizar búsqueda en vida y en campo.



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