Rompió esquemas al enrolarse como policía
Araceli Muñoz Hidalgo, instructora de la Academia de Policía, reflexiona sobre su carrera y vocación como policía, profesión a la que ingresó sin la aprobación de sus padres
En el marco del Día Internacional del Policía, Araceli Muñoz Hidalgo, instructora de la Academia de Policía de Mexicali, compartió su experiencia y visión sobre una carrera que eligió a pesar de la resistencia de su familia, y en especial de sus padres.
Desde pequeña, Araceli mostró un interés profundo por ser policía, una inquietud que sus padres no compartían.
“Mi inquietud siempre fue desde pequeña, ya que mis padres nunca aceptaron esta profesión. No es fácil mantenerse”, recuerda.
Sin embargo, una vez alcanzada la mayoría de edad, decidió ingresar a la corporación sin el consentimiento de sus padres.
“Les di la noticia cuando ya me estaba graduando para ser policía. Como todos los padres, con la preocupación y la incertidumbre de que me pasara algo, pero respetaron mi decisión”, afirma.
Hoy, con 28 años de carrera, Araceli destaca la satisfacción personal y profesional de haber seguido su vocación para convertirse en policía municipal.
A lo largo de su trayectoria, Araceli ha estado en diferentes áreas operativas, pero fue la Policía Ciclista la que más le llamó la atención, siendo parte de la primera generación de esta unidad.
Después, al llegar sus hijas, optó por un horario más estable, lo que la llevó al programa DARE, donde desarrolló una fuerte conexión con los jóvenes. “Quería evitar que las niñas fueran presa de las drogas, incluidas mis hijas”, explica.
Muñoz Hidalgo añadió que este programa le permitió continuar su formación con una licenciatura y una maestría en Ciencias Forenses.
“Durante mi experiencia en el programa DARE, después de tantos años, sigo encontrándome con niños a quienes, aunque no recuerdo debido a que estaban muy pequeños, ellos sí me recuerdan a mí. Me sorprende lo mucho que les quedó grabado el impacto de las clases en el programa”, dice. “Tratar con los niños y poder ayudarlos, especialmente debido a las difíciles circunstancias que enfrentan en sus hogares, ha sido algo que realmente me marcó”.
Actualmente, Araceli es instructora de la Academia de Policía, un rol que le apasiona y le permite transmitir sus conocimientos y experiencias a las nuevas generaciones.
“Les aconsejaría que no se confíen. Como dice el dicho, que no se confíen ni de su propia sombra. No sabes en qué momento se puede presentar una situación en la que tienes que estar preparada para repeler alguna agresión”, señala. Además, hace un llamado a la prudencia, instando a sus colegas a no descuidar su seguridad.
A pesar de los sacrificios personales, Araceli asegura que su mayor satisfacción es la posibilidad de estar con su familia cuando se retire. “Por el mismo trabajo, nos hemos perdido cumpleaños, días festivos, pero si Dios me permite jubilarme, estaré al 100% con ellos”, comenta con emoción.
En este Día Internacional del Policía, Araceli extendió su felicitación a sus compañeros y se compromete a seguir apoyándolos desde su lugar en la academia. “Disfruten este día, los felicito de corazón. Siempre contarán conmigo para cualquier duda o recomendación”, concluye.
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