Hay que entenderlo…y hacerlo

Entramos de lleno a la segunda semana de Febrero, y es muy probable que los propósitos para este 2025 en la mayoría de las personas ya hayan desaparecido. Y esto que es tan recurrente al parecer hay una causa muy sencilla: una cosa es entender que debemos hacer algo (bajar de peso), pero es muy diferente el hacerlo. Y es que cambiar significa crecimiento y el crecimiento implica dolor. Bien lo decía el autor James Allen: “la gente está ansiosa por mejorar sus circunstancias, pero no tienen la voluntad de mejorar ellos mismos, por lo tanto permanecen en lo mismo”.

OTRA TRAMPA

Es pensar que tenemos la fuerza de voluntad para lograr lo que nos hemos propuesto, y que resistiremos a las tentaciones que se presenten. El coach Marshall Goldsmith comenta que subestimamos la fuerza de voluntad e infravaloramos las tentaciones. De los que están a dieta, ¿quienes le entraron a los tamales el día de la Candelaria? ¿Quién cuando ingresa a Internet para verificar un dato y le aparece una nota de algo que le gusta y no sigue dicha liga?…otra excusa muy trillada: “fulano y sutanita están peor que yo, entonces no estoy tan mal…”.

UN EJEMPLO SANITARIO

En los hospitales se empezó a reducir el problema de quirófanos infectados cuando los doctores empezaron hacer caso de una regla muy sencilla que por lo mismo no cumplían : lavarse bien las manos antes y después de cada cirugía. Esta situación si la analizamos es inherente al ser humano, no únicamente a los doctores: a) solo nos fijamos en lo complejo y obviamos lo sencillo (lavarse las manos); b) no nos gusta seguir instrucciones, y menos perseverar en ellas; y c) un convencimiento mal fundado de que podemos lograr solos lo que nos proponemos. Estas tres características denotan una falta de humildad en el individuo, y ésta es una virtud básica para lograr los cambios en la vida. Y recuerda estimado lector, es muy padre tomar lecciones de golf en YouTube, pero si no practicas serás un desastre en el campo. Una cosa es entender y otra hacer. ¡Feliz domingo! Go Eagles!

• *- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.