Genaro Lozano

Llevo días preocupado y angustiado porque veo que hay a nivel global una campaña de xenofobia que ataca el derecho humano a la movilidad...

Trump ha iniciado un ataque multifrontal a todo lo que representa la diversidad, el disenso, la otredad.

El mundo es mucho más que EU, pero este sigue siendo un actor dominante. El regreso de Trump reescribe las reglas del juego en el ajedrez global.

Donald Trump se regodea en sus redes sociales junto a Elon Musk sobre todo lo que dice que ha logrado en apenas tres semanas. Se siente todopoderoso, un mandamás sin contrapesos.

Migración y seguridad son las agendas más problemáticas para Latinoamérica con Trump y éste usa el comercio como el garrote para imponer, en lugar de convencer.

Trump revertirá la política de reconocimiento de identidades trans y no binarias. Los pasaportes estadounidenses ya no tendrán la opción X para señalar el género, pero esto es sólo el comienzo.

El uso del lenguaje incluyente quizás sea uno de los principales puntos que dividen a las generaciones hoy en día y de los que más escozor causan entre quienes sienten un ataque a la lengua.

China se ha convertido en un socio confiable para muchos países. Un socio que abre la cartera y provee sin muchas condiciones.

Corea del Sur es uno de los llamados tigres asiáticos que lograron un desarrollo económico muy exitoso, pero bajo dictaduras militares en los 70 y 80.

Si algo ha demostrado el momento global que hoy vivimos es que nunca se debe dar nada por hecho.

Andrea era la mejor persona posible para dirigir el Censida. Su salida de los temas de VIH deja un hueco enorme.

El siglo 21 estadounidense ha visto los mayores retrocesos en derechos.

Donald Trump es como un agujero negro espacial. Ya absorbió todo el interés político y mediático en EU.

Cada vez que empieza un nuevo Gobierno se especula si tendrá o no una vinculación más globalista. Los temas de política exterior nunca figuran realmente en las campañas presidenciales mexicanas.

Los demócratas perdieron y la repartición de culpas ha empezado. Quizás la lección más importante para los demócratas sea que una campaña basada en valores no gana una elección.