León Krauze

Quienes lo respaldan lo imaginan como un agente disruptivo en Estados Unidos y en la escena mundial.

Una multitud ha tenido que evacuar las zonas afectadas. Cuando vuelvan, cientos de miles no tendrán dónde vivir. Su vida entera está en cenizas.

La batalla más reciente del Gobierno mexicano contra la prensa estadounidense inspira perplejidad. No es la primera vez.

De mantenerse la influencia y alcance de Musk dentro del Gobierno, Estados Unidos podría dirigirse a una disrupción mayúscula.

La oposición en México tiene la esperanza de que Donald Trump erija una barrera de contención para la aplanadora institucional del Gobierno mexicano.

Los últimos días han dejado claro que el Gobierno de México parece comprender cómo será la relación bilateral con Estados Unidos en los próximos cuatro años y los riesgos de entenderla mal.

Trump ha comenzado el proceso de transición siguiendo su estrategia típica. Maestro en fabricar crisis.

Me parece un error. Si la intención es castigar a Musk, parece casi un berrinche. Twitter no tiene mayor peso en las finanzas de Musk.

El Donald Trump del 2024 llegará al poder sin riendas. Podrá poner en práctica sus vendettas personales y la agenda que le plazca.

Más allá de lo que suceda en las urnas, un cálculo parece tristemente inevitable: Si Donald Trump pierde, no aceptará su derrota.

Un triunfo de Trump repercutiría en todo el panorama geopolítico, desestabilizando la democracia mundial y el Estado de Derecho.

Dentro de dos semanas, Estados Unidos elegirá a su próximo Presidente.

Que Trump amenace con utilizar un recurso radical, claramente pensado como herramienta en tiempos de guerra, debería ser un foco

Es difícil exagerar el daño que ha hecho Trump a la confianza en las instituciones democráticas estadounidenses con la patraña del fraude electoral.

El balance entre los logros y los errores u omisiones no resiste el microscopio: López Obrador ha sido un mal Presidente en el ejercicio del poder.