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El Imparcial / Ciudad Obregón / Sequía en Sonora

Resurgen las ruinas del antiguo Buenavista en presa de ‘El Oviáchic’

Partes del panteón, de la escuela e iglesia quedaron al descubierto ante la sequía y la falta de agua en el sitio

Resurgen las ruinas del antiguo Buenavista en presa de ‘El Oviáchic’

CIUDAD OBREGÓN, Sonora.- Las ruinas del panteón, escuela e iglesia del antiguo pueblo de Buenavista que quedó sumergido en las profundidades de la presa de “El Oviáchic” en 1952, hoy en día por el nivel de sequía que enfrenta la región volvieron a salir a la superficie.

Esta situación se dio en abril de 2022, pero en una magnitud menor, pues en aquel año aunque la iglesia y escuela quedaron completamente descubiertas, el panteón no.

En un recorrido por las isletas de tierra y roca que se formaron, a las que se tiene que llegar en panga, por quedar a poco más de 3 kilómetros de la orilla, se puede apreciar fuera del agua por lo menos 20 tumbas e inclusive algunas osamentas de los pobladores que fundaron en 1617 aquel lugar.

LA HISTORIA

En 1946 fue cuando el Gobierno de aquella época autorizó la construcción de la presa Álvaro Obregón sobre el Río Yaqui, pero fue hasta 1952 que las cerca de 50 familias que habitaban el viejo Buenavista fueron movidas.

Algunas al Nuevo Buena Vista, ubicado cerca de 2 kilómetros al Sur de lo que hoy es el vertedero, y otros a la colonia Cumuripa de Ciudad Obregón o la colonia Ejidal, de Esperanza.

Cuentan los pobladores que algunas familias accedieron a salir, ya que no había otra cosa qué hacer, y pudieron llevarse algunas de sus pertenencias, pero que muchos otros se quedaron en sus viviendas hasta que el agua empezó a llegar y cuando vieron que el nivel seguía subiendo “salieron corriendo” sin nada.

La escuela del pueblo quedó completamente fuera del agua, y aún se pueden apreciar los escalones y algunos muros. Actualmente la presa se encuentra al 12.4% de su capacidad. FOTO: MAYRA ECHEVERRÍA

DA NOSTALGIA

Antonio Gutiérrez Lugo, presidente de bienes comunales de Buenavista, comentó que el poder visitar las ruinas del antiguo pueblo donde sus ancestros crecieron e hicieron vida les da nostalgia, más al recordar las anécdotas que estos les contaron sobre el lugar.

Nos llena de nostalgia el ver las ruinas y los recuerdos donde nuestros papás y abuelos aquí se forjaron y vivieron y es bonito, son sentimientos muy bonitos para todos los pobladores de Buenavista, los que podemos ver estas, aquí son nuestro origen, nuestras raíces y nos sentimos muy orgullosos de ser de aquí “, indicó.

Recordó que el antiguo pueblo fue muy próspero por donde pasaba el tren y además donde la agricultura, ganadería y pesca destacaban, lo que no se ve hoy en día por el calentamiento global y otras condiciones como la inflación.

El que estén viviendo esta situación de nueva cuenta es también preocupante, dijo, refleja la falta de agua que se tiene y la falta de acciones para evitar problemáticas de este tipo.

“El que con tanta rapidez estén emergiendo otra vez las ruinas quiere decir que no estamos teniendo un cuidado adecuado para el manejo y uso de agua, pero sobre todo la falta de lluvias que por el descuido que hemos tenido con la naturaleza, no cuidar nuestro entorno es lo que estamos provocando desgraciadamente”, indicó.

Agregó que la falta de lluvias es algo que los mantiene en alerta, ya que sin agua no hay vida y por ello desean que las ruinas vuelvan a cubrirse porque eso refleja prosperidad para todas las actividades económicas.

Una de las tumbas expuestas del panteón muestra la osamenta de
quien fue sepultado en ese lugar. FOTO: MAYRA ECHEVERRÍA

GUARDA HISTORIAS

Martina Gutiérrez Zayas, habitante de Buenavista e integrante de las primeras familias que llegaron al nuevo pueblo, comentó que en su familia hay muchas historias del antiguo pueblo y que entre las que recuerda está la del sufrimiento que tuvo su familia al irse de ahí, pero a la vez la alegría de poder darle vida a lo que hoy conocemos como el Valle del Yaqui.

Siento una satisfacción tremenda de estar aquí, nuestros abuelos y padres lloraron, pero esta presa le dio y le está dando vida al Valle del Yaqui, se encuentran los sentimientos, pero aquí estamos, son sentimientos encontrados, es bonito ver lo que queda del sitio donde crecieron nuestros antepasados”, resaltó.

Otra historia, expresó, es la de una fotografía de sus padres cuando eran novios y que fue tomada en las escaleras de la escuela, que hoy en día quedaron descubiertas por el agua y que le da nostalgia poder visitar.

“Voy a hablar de amor, no sé qué estarían haciendo, pero posaron en los escalones: mi papá parado con un caballo y mi mamá a un lado de él, acompañados por una tía, siento una satisfacción muy grande en poder venir al mismo lugar, porque de ese amor nací yo y mis hermanos”, subrayó.

Otra historia dentro de su familia es la de su abuela paterna Eustacia Acuña que cuando tuvieron que abandonar el poblado exhumó los restos de su esposo, y sus padres para llevarlos con ella.

Mi abuela no quiso dejar a su esposo aquí y se llevó los restos al Buenavista nuevo y también se llevó los restos de mi bisabuela, Amparo Mungarro y de mi bisabuelo Manuel Acuña… Mi abuela decía que cómo iba a dejar a su viejito aquí y se lo llevó”, indicó.

Compartió que para su abuela era inaceptable no tener donde llevarle flores y rezarle a su amado y que por ello, cuando tuvieron que partir, se fueron todos juntos, así como llegaron.

Así como esas, mencionó, recuerda una que le contaban mucho; la de un señor que se abrazó llorando de un árbol de mezquite en resistencia a irse de su hogar, sus tierras y el lugar donde él nació, pero que finalmente cedió y se mudó al nuevo poblado.

“Los mayores de mis tíos nacieron aquí (el viejo pueblo), ellos dejaron su ombligo umbilical aquí, me da nostalgia de todo el conocimiento que me dejó mi padre y mi abuela, al saber que aquí quedaron muchas historias preciosas”, señaló.

Algunas piezas de objetos antiguos de los pobladores del Buenavista sumergido, se siguen encontrando en el lugar. FOTO: MAYRA ECHEVERRÍA

RECONOCIMIENTO

Luis Enrique Armenta Valenzuela, encargado de la iglesia del pueblo, San Carlos Borromeo, puntualizó que sería bueno que las ruinas del antiguo pueblo fueran reconocidas como patrimonio histórico del Estado, para, de esa manera, conservarlas de mejor manera.

Explicó que muchas personas acuden a estas y extraen ladrillos, bloques o lo que pueden para llevarse algún recuerdo, lo que está mal y debería cuidarse.

El antiguo Buenavista es sumamente importante para todos los que tienen ancestros aquí, por ello y por dar paso al crecimiento del Valle del Yaqui debería tener más relevancia histórica, ser patrimonio del Estado, y ser cuidado como tal”, aseveró.

QUEDAN POCOS

En la actualidad sobreviven alrededor de 10 pobladores de aquella época, quienes actualmente tienen entre 80 a más de 90 años, y quienes hace dos años que emergieron las ruinas acudieron en pangas a visitarlas para recordar el lugar que los vio nacer.

ANTIGUO BUENAVISTA EN DATOS

El antiguo Buenavista fue fundado en 1617 y despoblado el 24 de junio de 1952.

• El Gobierno movió a más de 50 familias para construir la presa de “El Oviáchic”.

• Por el cambio de ubicación de ese poblado, el Valle del Yaqui tuvo acceso a agua suficiente para convertirse en el granero de México. En el nuevo Buenavista viven cerca de 500 personas.

• Está ubicado a 34.6 kilómetros al Noroeste de Ciudad Obregón.

• En 2003, 2022 y ahora en 2024 por la sequía el antiguo pueblo de Buenavista emerge del agua.

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