"Pan de vieja ", peculiar tradición sonorense
Tres generaciones de la familia de Marco Antonio Pérez se han dedicado a elaborar el "pan de vieja" que se ofrece en el kilómetro 9 del camino rumbo a la presa Álvaro Obregón conocida como El Oviáchic.
Desde las cinco de la mañana inicia la jornada de Marco Antonio, quien se levanta primero a colocar la leña en el horno, para iniciar preparando la receta de su abuela Eustacia Gamboa, quien fue la que le enseñó a elaborar estos tradicionales panes.
La historia inició cuando su abuelita atendía a personas que viajaban a la presa le pedían comida y decidió elaborar decenas de piezas del "pan de vieja" para ofrecer a los visitantes.
Poco a poco se fue pasando la voz, hasta que la doña Eustacia tuvo que pedir ayuda a sus hijos y nietos para elaborar grandes cantidades de ese tipo de pan.
"Mi abuelita era joven, vivía en un lugar que se llamaba Los Cañitos, le tocaba recibir a personas que hacían escala en su travesía rumbo a la presa para pedirle alimento o bebidas, ella los atendía y un día que había horneado varias piezas, los clientes se las llevaron y le comentaron que a su regreso volverían por más", expresó Marco Antonio.
Desde entonces se ha vuelto costumbre para el turismo que pasa por el camino rumbo a los paseos de la presa, llegar a comprar piezas de "pan de vieja" que es típico de Sonora, pero la receta de la señora Gamboa es peculiar.
La familia pionera de estos panes, ofrece ahora una variedad con relleno de dulce de calabaza o piloncillo.
"El secreto es hornearlos con el calor de la leña, en una hornilla de ladrillo y lodo, donde se introducen las charolas con varias piezas", explicó Pérez.
"Contamos con clientes de varias partes del mundo, de Estados Unidos, de España, así como algunos lugares del País", agregó, "incluso han llegado personajes como la velocista Ana Gabriela Guevara de Nogales".
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