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El Imparcial / Hermosillo / notamigracion

Disfruta don Raúl vender libros usados

En una ciudad que poco a poco se está quedando sin librerías, todavía hay personas como don Raúl que se dedican a vender libros usados con interesantes títulos a precios accesibles con el fin de que la lectura no desaparezca.



La idea de vender libros usados le nació a don Raúl hace más de 12 años, cuando un vendedor de libros ambulante muy conocido en la ciudad, llamado Fernando, llegó hasta él ofreciendo su mercancía, pero apenas hace pocos meses que hizo su sueño realidad al empezar a trabajar en un estacionamiento de la calle Plutarco Elías Calles.



Don Raúl González, quien tiene 75 años, explicó que más que un negocio éste es un bonito pasatiempo en el que ha tenido la oportunidad de conocer a muchas personas y darse cuenta de que las mujeres son más lectoras que los hombres, según su experiencia.



“De cada 10 personas que se acercan a comprar, podría decir que siete son mujeres, yo creo que las mujeres son más soñadoras y se dedican a siempre estar leyendo algo para que les enriquezca la vida”, reflexionó.



La plática de la gente es lo que más le gusta de su trabajo, pues llegan al lugar todo tipo de personas, hombre y mujeres que le abren su cabeza, a los que les pregunta sobre sus gustos y les ofrece los libros que cree les puedan interesar dependiendo de sus conversaciones.



“Dependiendo de cómo los veo yo más o menos me imagino qué libros les pueden atraer más, el otro día llegó una señora muy bien vestida, con sombrero, y muy seria se puso a ver los libros y ya que no se animaba a escoger uno en especial, le dije, ‘tengo un libro de El código Da Vinci, pero lo tengo en inglés, no sé si le guste’, y la señora no quiso saber nada y se lo llevó, yo calculé que tal vez la señora sabía leer Inglés y por eso se lo ofrecí, fue el único libro que vendí ese día”, contó.



Mientras espera que sus compradores lleguen, don Raúl se dedica a leer y atender el estacionamiento, y asegura que siempre está leyendo algún libro, en estos momentos lee La breve vida feliz de Francis Macomber de Ernest Hemingway, el cual le ha parecido muy interesante.



Los libros que vende don Raúl pertenecen a su biblioteca privada y a la de algunos familiares y amigos suyos que se le han unido, y aunque la venta es bastante lenta, a él sobre todo lo mantiene el gusto por su labor.



“He vendido de todo, hasta una vez me llegó un libro de brujería y un ‘amigo’ se lo llevó, yo creía que la novela se iba a vender mucho, pero no, la gente busca más los libros de superación personal, por ejemplo”, citó.



Don Raúl destacó que los libros se deben tratar con mucha atención, y no venderlos “como piedras”, ya que considera que los pocos lugares donde se pueden encontrar libros usados son muy maltratados.



“El chiste es promocionarlos, recomendárselos a la gente para que les llamen la atención, y la única forma en que puede ser un buen negocio es que te guste hacerlo”, aseguró.

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