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El Imparcial / Hermosillo / notamigracion

Sufren usuarios las de “Caín”en los camiones

Camiones sin asientos, sucios, rayados, sin aire acondicionado y sin la opción de abrir una ventana para que el aire circulara, es parte de lo que se vio, y vivió, durante más de 50 recorridos “Por tu Ruta”, que sumaron 106.18 horas arriba de los camiones. Así, tal y como todos los usuarios suben, bajan, van y vienen a sus casas, escuela o trabajo.



Estos recorridos empezaron el 19 de mayo y el último se hizo el 17 de julio, lo que se traduce en casi dos meses en los que nos subimos a más de 55 camiones, sin contar los minutos que se convirtieron en horas de espera en las diferentes paradas de autobuses.



De esos recorridos que se mencionan, sólo trece se llevaron a cabo completamente en camiones con aire acondicionado, de los cuales doce eran de la nueva empresa y sólo uno del sindicato de transporte, la dinámica siempre consistió en subir al primer camión que pasara de la línea elegida.



Sólo en una ocasión documentada tocó usar un camión de “sólo efectivo” que no pertenecía ni a la nueva empresa ni al sindicato.



LO BUENO



Los camiones



Los recorridos comenzaron días después de entrar en circulación los 150 camiones nuevos que proporcionó el Gobierno del Estado, que hacían felices a los usuarios cada vez que subían. Todos estaban satisfechos con el aire acondicionado y el olor a nuevo, la gente siempre estaba de mejor humor en esos recorridos.



Líneas con más camiones de este tipo: La 17 Express, la 18, 01 Sahuaro, la línea 04, y en menor medida en los últimos tiempos las líneas 06 y 08, el resto de las rutas cuenta con pocos de estos camiones.



De los camiones que no son nuevos, una parte contaba con ventanas que podían abrirse y era más común ver a sus choferes limpiándolos al final del recorrido, tenían menos basura.



Los choferes



Durante los recorridos que llevé a cabo (aproximadamente 43), es posible destacar en general una buena actitud en los camioneros, o al menos aceptable por parte de la mayoría.



Sólo una vez me tocó subir a un camión cuyo chofer fuera especialmente amable, y del que los pasajeros se expresaran de una manera más positiva de lo normal en un camión sin refrigeración.



Nunca vi un mal trato (fuera de que muchos no den los “buenos días”) por parte de los operadores a una persona en específico, lo que no significa que esto no ocurra en otras ocasiones. Sí me tocó ver a varios ayudar a personas con discapacidad a subir, esperar a que los abuelitos se sentaran o ayudar a cargar cosas pesadas a señoras mayores.



En varias ocasiones me quedé hasta el final de rutas que se quedaban sin pasajeros, momentos en los que algunos choferes se mostraron preocupados cuando pensaban que me había perdido. Antes de comenzar con estos recorridos, nunca había reflexionado acerca del gran peso que cae sobre los hombros de los operadores del transporte urbano, quienes soportan las altas temperaturas por alrededor de 8 horas, y el mal humor de los usuarios acalorados y cansados de esperar.



Los usuarios



Aunque no fueran mayoría, fue posible ver gente amable que ofrecía su asiento a quienes lo necesitaban y algunos pocos hombres que seguían en los tiempos de la “caballerosidad” y le daban su silla a las muchachas, aunque no la necesitaran más que ellos, muchas veces vi personas preocupadas por ubicar a quienes buscaban una dirección y hasta bromear con los calores que hacían.



LO MALO



Los camiones



De los recorridos que se llevaron a cabo durante los últimos días de mayo, todo el mes de junio y los primeros 17 días de julio, temporada en la que el calor en Hermosillo es muy fuerte, sólo el 26% de los camiones utilizados tenía prendida la refrigeración.



Algo muy preocupante de esto no es el simple hecho de que el 74% restante de los camiones no estuvieran refrigerados, sino que la gran mayoría de éstos estaban diseñados para tener el aire acondicionado prendido y no contaban con ventanas suficientes, además de estar construidos de materiales que aíslan el clima “fresco” dentro, o en su defecto el clima hirviente, según me explicaron los choferes cuando les preguntaba por qué hace más calor en los camiones más recientes que en los más antiguos (sin refrigeración).



Subir a estas unidades de transporte a mediodía o incluso hasta las 17:00 horas significa un “deporte extremo” para los hermosillenses.



Los choferes



La mayor parte de las quejas en los usuarios son hacia los choferes, y aunque yo no fui testigo de faltas realmente graves, escuché historias muy lamentables por parte de la gente que había sufrido malos tratos por parte de alguno.



Lo que sí vi muchas veces fue el abuso de la velocidad, conductores que iban manejando mientras hablaban por teléfono, comían, texteaban y una vez hasta vi a uno leyendo una revista en cada alto, sin reflexionar sobre las vidas que llevan en sus espaldas, también pasaba que aceleraran antes de que personas de la tercera edad alcanzaran a sentarse y ni mencionar las veces que no respondían a los saludos o estaban de mal humor o el montón de ocasiones en que se salieron de la ruta sin terminar o se quedaron estacionados en algún lugar para “hacer tiempo” sin importar que sus usuarios no lograrían “llegar a tiempo”, esto no sucedía siempre, pero sí a menudo.



Los usuarios



Algo muy común en los recorridos, en la mayoría de los camiones, fue observar la poca cultura de limpieza y de respeto. Fue posible ver en repetidas ocasiones, incluso en los camiones más nuevos, asientos y vidrios rayados, rotos, vandalizados, personas lanzar la basura al suelo, y peor aún, por las ventanas, lo que contribuía a la suciedad de la mayoría de las calles, camiones que a pesar de no tener más de 8 años circulando (y otros que ni siquiera 3) totalmente destruidos por el mal uso y seguramente una mala calidad inicial.



Evidencia de la poca empatía fueron las veces en que las personas llevaban música en sus reproductores sin hacer uso de audífonos y que las personas muchas veces no brindaran el asiento a los mayores, o que pasara lo inverso: Que la gente no se sentara, incluso al haber asientos disponibles, exponiendo su propia seguridad, algo muy común.



LO FEO



Aunque lo anterior pareciera sumamente negativo, lo más feo del transporte urbano en Hermosillo es, sin lugar a dudas, la desigualdad entre unas rutas y otras, la forma en que mientras la línea 18 no tarda ni 10 minutos en pasar y tiene sólo camiones nuevos y con aire acondicionado, en líneas como la 03 y la 05 la gente tiene que esperar hasta una hora para subir a camiones que se encuentran en las peores condiciones.



Muchas veces los camioneros de las rutas más afectadas me explicaron, sin saber que yo era reportera, que la razón por la que existe esta desigualdad es que ambas empresas de transporte se interesan por meter más camiones a las líneas mayormente remuneradas, ya que no es “rentable” proporcionar más camiones a rutas que no generan suficientes ganancias.



Otra situación de la que me hablaron muchos choferes fue la competencia poco sana que existe entre las empresas, cuyos dueños les exigen “pelear” por el pasaje, situación de la que mucha gente se quejó durante las más de 200 entrevistas llevadas a cabo, pues con tal de llegar primero prácticamente jugaban carreras entre sí.



Lo más feo de estos recorridos no fueron los camiones, ni los choferes, ni los usuarios, sino ser testigo de que si ambas empresas se unieran y se pusieran de acuerdo, si se reestructuraran los horarios, dándole un promedio de espera al usuario equivalente a la cantidad de camiones y si fueran equitativos en cada ruta los camiones nuevos y antiguos, sería posible que le brindaran un servicio de calidad al usuario que con sus impuestos y el pago de sus tarifas ha financiado el transporte, pero han sido más fuertes los intereses personales de cada empresa.

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